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El presidente del Consejo General de la Enfermería, Máximo González Jurado (i.).
Los seis errores de la crisis del ébola

Los seis errores de la crisis del ébola

Al menos cuatro enfermeros trataron a personas afectadas con apenas una formación de 30 minutos, dos de ellos sin haber practicado nunca a ponerse y quitarse un traje, según el colectivo

b. robert

Martes, 21 de octubre 2014, 12:53

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Fallos en la formación, en los materiales utilizados y, en general, en los procedimientos. El Consejo General de Enfermería ha realizado un estudio que analiza la gestión de la crisis del ébola en España y ha identificado toda clase de irregularidades y errores. Todos, explicó su presidente, Máximo González Jurado, han puesto en riesgo la salud de los profesionales sanitarios que tratan a pacientes afectados por el virus y, por extensión, a la población en general. Para que «algo así no vuelva a ocurrir» han hecho públicas sus averiguaciones, elaboradas a base de documentación y entrevistas con personal de enfermería que incluye tanto a enfermeros como a técnicos.

1. Formación insuficiente o inexistente para tratar con pacientes con ébola:

«Muchos de los enfermeros consultados para la elaboración del informe dicen que no se les ha formado y que no se sienten preparados para tratar a estos pacientes», ha asegurado González. Reconoce que al menos dos profesionales sanitarios entraron en contacto con pacientes infectados por el virus sin haber ensayado nunca a vestirse y quitarse el traje de protección.

«Creemos que no se ha recibido la formación adecuada a la norma y al riesgo que corrían estos profesionales», sentenció González.

Ahora, reconoce, han mejorado las cosas y se está preparando al personal sanitario con más garantías que durante los pasados meses.

2. Gafas sin capacidad antivaho

Aunque la ley indica que han de utilizarse unas gafas con capacidad para no empañarse, segun el Consejo General de Enfermería los profesionales sanitarios del Carlos III solo las han recibido recientemente. Uno de los enfermeros, ha afirmado González, tuvo que realizar un cateterismo central un procedimiento que puede llevar entre 30 y 40 minutos, con las gafas encharcadas por el sudor. «Estuvo casi en shock, porque no sabía qué hacer», aclara. El presidente del Consejo ha afirmado que al alto riesgo que comporta el procedimiento en sí para el paciente y el enfermero se sumó las dificultad de no contar con el equipo adecuado.

3. Calzas no impermeables

González ha explicado que, cuando llegó el equipo NBQ especializado en catástrofes nucleares, bacteriológicas o químicas del Samur al Carlos III, detectó un fallo en los equipos de protección personal. Las calzas en uso no eran impermeables. El cambio, ha asegurado, se solventó a los pocos días. Desde el centro aseguran que el tejido de estas perneras «es extremadamente fuerte, resistente al desgarro y a la abrasión, y proporciona una fuerte barrera frente a partículas y resiste las salpicaduras de químicos líquidos en base acuosa y baja presión».

4. El material y la formación en los distintos centros es dispar y, en ocasiones, equivocada

El Consejo General de Enfermería ha denunciado, mediante un vídeo, las discrepancias que existen, tanto en materiales disponibles como en formación, a nivel estatal. Los principales defectos incluyen trajes que no protegen toda la piel y dejan la frente o el cuello al descubierto, guantes demasiado cortos o del tejido inadecuado deben ser de nitrilo, y no de vinilo, mascarillas sin sistema de autofiltrado y calzas no impermeables.

Según González es necesario elaborar una normativa precisa, única, que incluya desde los materiales hasta los procedimientos necesarios, e implantarla a nivel estatal. «Establezcamos un estándar», sentenció.

5. Defectos en los protocolos, en los que no han participado personal de enfermería

El estudio recoge hasta siete cambios en los protocolos utilizados desde el comienzo de la crisis en España. Esto es «normal» y «bueno», ha afirmado González. Sin embargo, ha identificado algunas carencias dentro de los mismos, y muchas situaciones no contempladas. «¿Qué pasa si a una de las personas que está dentro de la habitación le da una lipotimia y se desmaya?», se preguntaba.

Las carencias en los protocolos se deben, afirma, a que no se ha contado para adaptarlos con «el personal que más se expone». Aunque han participado sociedades médicas en su elaboración, aclara, nadie ha hablado con los colectivos del personal de enfermería. «De 106 accesos durante el tratamiento del primer misionero», ha contado, «102 fueron por enfermeros o técnicos de enfermería».

6. Intervención tardía de los especialistas en bioseguridad

«Ahora el ejército está impartiendo cursos bastante rigurosos», afirma González. Aunque cree que llegan tarde. Las fuerzas armadas, ha argumentado, cuentan con unidades de élite en guerra bacterológica, química y nuclear, que habrían podido formar tanto a personal como a otros formadores con las garantías necesarias. Tanto en uso de trajes de protección, como en manejo de residuos biológicos o, incluso, las medidas de seguridad cuando una persona ha fallecido durante la infección por ébola.

Junto a estas críticas, el presidente del Consejo General de Enfermería ha exigido la dimisión del consejero de Sanidad de la Comunidad de Madrid,. «Nunca se puede culpar a un enfermo», ha explicado. «Ha vulnerado el derecho a la dignidad, al honor y a la intimidad. No tiene perdón. Es una ofensa que todavía tengamos que estar hablando de esto como profesionales».

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