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Martes, 28 de noviembre 2017, 11:01
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Bianca Merrick, una joven australiana de Coffs Harbour, se encontró el pasado viernes con una tremenda sorpresa mientras conducía de vuelta al trabajo: un enorme araña estaba en el parasol del lado del copiloto de su vehículo.
Ella tomó la decisión de seguir conduciendo para no asustar al animal. «Pensé en parar, pero me di cuenta de que no tenía forma de echarla del coche, así que seguí conduciendo hasta llegar a casa. Fueron los 20 minutos más largos de mi vida», explicó ella misma.
«Cuando llegué a casa, detuve el coche y salí muy lentamente. Después lo cerré con llave y me fui a dormir. Al día siguiente regresé con un spray matainsectos, pero no encontré ni rastro de la araña», concluyó.
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