Mitos y leyendas sobre el DNI que creías ciertos pero no lo son

Sin embargo, en sus orígenes, en 1944, no era tan versátil ni tenía las mismas funciones. De hecho los primeros obligados a tenerlo fueron los presos. Eso sí, Francisco Franco reservó los primeros números para los suyos.

El dictador saltó el 13 y se adjudicó el número 1; el 2 fue para su esposa, Carmen Polo, y el 3 para su hija, Carmen Franco. El del rey Juan Carlos es el 10 y el de Doña Sofía, el 11, seguidos por sus descendientes, las infantas Elena (12) y Cristina (14), mientras que el rey Felipe tiene el 15 y las infantas Leonor y Sofía, el 16 y el 17, respectivamente.

El Documento Nacional de Identidad ha experimentado ocho diseños y ha ido sumando avances para agilizar los trámites con la administración. Pero ninguno de esos números, símbolos o muescas, son capaces de dar información curiosa adicional, como es creencia popular.

Nada de antecedentes penales, personas con el mismo nombre o número bajos de fallecidos. Las cifras solo pueden ser leídas por máquinas. Este documento es único, intransferible y perpetuo, ya que la Dirección General de Policía asigna a cada oficina un lote de números que se van adjudicando a medida que se emiten nuevos DNI. Toda esa información personal de los seis millones de DNI que cada año se expiden en nuestro país son custodiados en un ordenador central llamado Clara ubicado en un edificio de El Escorial (Madrid).

Uno de los mitos que giran entorno al DNI es sobre el significado de las tres líneas de números que hay en el inferior de la cara posterior del documento. Éstos son sólo datos de seguridad del documento. Por lo que es falso que las flechas entre los números apuntan hacia la derecha si el propietario tiene antecedentes penales, o que el número que aparece aislado significa cuántas personas en España tienen tu mismo nombre.