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El oscuro secreto de la macabra vida de Charles Manson

El oscuro secreto de la macabra vida de Charles Manson

Charles Manson, el criminal que orquestó el salvaje asesinato de Sharon Tate, que esperaba un hijo de Roman Polanski, y otras seis personas, muere tras casi medio siglo en prisión. Hace dos años anuló su boda al descubrir un complot contra él

ICÍAR OCHOA DE OLANO

Miércoles, 22 de noviembre 2017, 08:45

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Charles Manson ya se pudre en el infierno». Pocos tipos han logrado generar tanto consenso a la hora de poner un titular a su muerte como él. El criminal más repulsivo de la historia de Estados Unidos, y a la vez el que más fascinación generó, ha fallecido de viejo, a los 83 años, en el mismo lugar donde ya se encontraba cuando 'El Lute' se fugó de la cárcel de El Puerto de Santa María, un cura unía en santo matrimonio a Julio Iglesias e Isabel Preysler y Karina ponía a España en la segunda posición de Eurovisión con 'Un mundo nuevo'. El malhechor favorito de Hollywood lo ha hecho con la esvástica tatuada entre las cejas y sin mostrar arrepentimiento, después de permanecer durante casi medio siglo entre los barrotes de la prisión californiana de Corcorán, en la que ingresó en 1971 y que sólo abandonó hace unas horas para pasar seguramente a mejor vida en un hospital del condado de Kern.

Consciente de que su tiempo se consumía, o tal vez cansado de su aparatoso guirigay mental, en los últimos años el viejo Charlie no parecía tan preocupado por ofrecer una imagen trascendente de sí mismo y ya no se dejaba ver jugando al ajedrez en el patio, leyendo la Biblia o haciendo apología de un estrambótico ecologismo, su más reciente obsesión. Ya solo salía de su celda para comprar patatas fritas o chocolatinas en una máquina expendedora del penal. Dentro estaba entretenido. Además de ser el 'maquiavelo' más despreciado, magnético y maligno de la historia de su país, Manson ostentaba el dudoso prestigio de ser el prisionero que más correspondencia recibía.

Ya hace 48 años que una noche sofocante de agosto, en el área de Los Ángeles, envió a 'La Familia' -el grupo de jóvenes 'bien' que adoctrinó a golpe de Beatles, bacanales y LSD- a la casa de la actriz Sharon Tate a que «destruyeran todo lo que encontraran». Ella, en avanzado estado de gestación del director Roman Polanski, y otras cuatro personas murieron cosidas a puñaladas. Siguiendo las directrices de su demoníaco gurú, utilizaron la sangre de sus víctimas para escribir consignas que indujeran a atribuir la autoría de la masacre a las Panteras Negras, una organización política afroamericana, herederos naturales de Malcom X, que usaba la violencia para combatir el racismo. Con ese salvaje crimen y un segundo que encargó a los miembros de su comuna la noche siguiente, esta vez contra dos comerciantes, Manson pretendía desatar una guerra racial de la que él emergería como salvador. Lejos de que su plan demencial saliera adelante, fue declarado culpable de conspiración y condenado a morir en la cámara de gas. Sin embargo, la abolición de la pena de muerte en California llegó a tiempo para reemplazar su ejecución por una pena de cadena perpetua.

«Su extravagancia estaba alineada con el lado oscuro de la cultura 'flower power'»

«Tenía tendencia a cambios de humor y manía persecutoria», diagnosticó entonces un psicólogo, que le describió como «agresivamente antisocial», debido en parte a una «familia no favorable, si es que a eso se le podía llamar familia». Glorificado por algunos, el inescrutable psicópata que acabó de cuajo con el verano del amor nació en Ohio el 12 de noviembre de 1934. Hijo de una adolescente alcohólica y de un padre desconocido, vivió una infancia de desamparo y pobreza. Cuando apenas tenía cinco años, su madre y su tío fueron encarcelados por atracar una gasolinera. Ocho años más tarde, él mismo probaba idéntica medicina tras protagonizar un robo a punta de pistola. Ya nunca dejaría de tomarla.

«Soy todo lo malo»

Su destello a lo largo de las décadas como icono del mal ha hecho correr casi tantos ríos de tinta como la extraordinaria capacidad de persuasión que gastaba este joven bajito y desaliñado, que camelaba a las chicas con su guitarra y sus parlamentos de profeta místico. «Tenía una cualidad que solo presenta un uno por ciento de la gente: Aura. O 'vibra', como decían los jóvenes en los sesenta. Allá donde iba, muchos le seguían», declaró en su día Vincent Bugliosi, el fiscal que le envió a prisión de por vida y que se forró tras escribir un libro sobre su delincuente favorito. Para el profesor de Criminología de la Universidad de Birminghan David Wilson, el hechizo de Manson radica en su contexto: «Es icónico porque fue la persona que puso fin a los promiscuos años sesenta y porque su extravagancia parecía estar perfectamente alineada con el lado oscuro de las drogas. La cultura del 'flower power' era más perturbadora de lo que la gente se cree».

Manson, por su parte, no perdió comba a la hora de potenciar su negra leyenda en las contadas entrevistas que concedió desde prisión. La última, en 2011, para 'Vanity Fair'. «Yo vivo en el inframundo -comentó a la publicación-. No le digo a la gente lo que tiene que hacer. Ellos saben lo que tienen que hacer. Y si no lo saben, no vienen a mí. Soy muy mal hombre. Soy todo lo malo».

Tres años más tarde volvió a saltar a la palestra, siempre desde la sombra de su celda, al trascender que había pedido y obtenido un permiso oficial para casarse con Afton Elaine Burton. La mujer, una joven de Illinois de 26 años, se había trasladado a California con solo dieciocho para vivir cerca del recluso, de quien le había enamorado, contó de viva voz, el «compromiso conservacionista» que había asaltado a Manson, y que había materializado en la asociación ATWA, por sus siglas en inglés Aire, Árboles, Agua y Animales.

No hubo boda. El novio la canceló en cuanto descubrió que su chica, que resultó estar conchabada con un amigo, planeaba el matrimonio con el celebérrimo reo para, llegado el momento, poder disponer de su cadáver, exponerlo públicamene en una cripta de cristal en California y sacar un buen dinero con ello. Según contó el periodista e investigador Daniel Simone, quien destapó la trama, Manson anuló los planes nupciales de su prometida porque «él cree que nunca morirá, por lo que le parece una idea estúpida». De nuevo, el viejo Charlie se equivocaba. Incluso los hippies diabólicos mueren.

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