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Místico. Cerca de 10.000 personas se reunieron ayer en el conjunto megalítico de Stonehenge para ver amanecer. WILL OLIVER
Las fiestas del verano más raras del mundo

Las fiestas del verano más raras del mundo

La primavera más lluviosa desde 1965 arderá mañana en las hogueras de media España. En Inglaterra, Ecuador, Bielorrusia o Macedonia ya están purificados y de resaca

I. OCHOA DE OLANO

Sábado, 23 de junio 2018, 01:40

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Hace millones de años, los habitantes primitivos de este planeta se percataron con estupor de que, a partir de un día determinado, el Sol perdía su vigor y el tiempo de luz y de calor menguaba progresivamente sobre la faz de la Tierra. Temerosos de que al final el astro rey se apagara para siempre -y, con él, la vida-, improvisaron rituales de adoración y plegarias en torno al fuego para venerar la energía todopoderosa de la estrella amarilla y retenerla. Desde aquel tiempo remoto, todos los pueblos del hemisferio norte han festejado a su manera el tránsito de Helios sobre el Trópico de Cáncer, que depara el día más largo y la estación de la cosecha.

Una de las tradiciones vigentes más hermosas corresponde a los Sioux. Se llama Wi wanyang wacipi. Los miembros de esta comunidad de nativos americanos cortan un árbol y lo alzan como símbolo de la conexión entre el cielo y la Tierra. Ocurre en torno a un círculo de tipis que representaba el cosmos. Allí, hombres y mujeres bailan con sus cuerpos pintados en rojo, azul, amarillo, blanco y negro, los colores del crepúsculo, el cielo, los rayos del sol, la luz y las tinieblas. Anoche, la más corta del año, millones de personas a lo ancho del planeta dieron la bienvenida al estío con ceremonias ancestrales vinculadas a la naturaleza y la fertilidad.

Stonehenge Reino Unido

Hippies, druidas y yoga en el enigma neolítico

La ciencia no se ha puesto aún de acuerdo sobre la finalidad con la que este conocido crómlech del Neolítico, situado en Salisbury, Inglaterra, fue levantado, pero, para al menos 10.000 personas, tiene un aura sagrada. Así de concurrido estaba ayer este enigmático monumento megalítico, formado por cuatro circunferencias concéntricas. Envueltos en chaquetas y mantas, hippies, paganos, druidas 2.0, yoguis y otros personajes pintorescos saludaron los primeros rayos con vítores y rezos en un ambiente festivo y espiritual. Se habían dado cita allí para asistir al momento mágico en que el Sol emerge del horizonte -ocurrió a las 03.52 GMT- y se filtra por una de las rocas del conjunto para iluminar por unos instantes su centro, lo que para algunos estudiosos evidencia que los humanos antiguos empleaban el solsticio de junio como una forma de organizar sus calendarios.

Rakov Bielorrusia

Hierbas proféticas y ninfas malvadas

La fiesta eslava del solsticio de verano simboliza la unión del agua, el fuego y las hierbas medicinales. En Rakov, una pequeña ciudad a 45 kilómetros de Minsk, se vuelcan en los ritos de una noche en la que no se puede dormir. Hay que mantenerse vigilante. Las ninfas de los pantanos, los ríos y los lagos recuperan sus poderes malignos al servicio del genio de los bosques. Y pueden raptar a todo aquel que no esté despierto. Los hombres salen al campo a buscar manojos de ortigas, que colocan en los umbrales y huecos de las ventanas para proteger sus casas. Las mujeres recolectan plantas para adornarse y para colocarlas bajo la almohada a la noche siguiente. Según viejas creencias, algunas pueden producir sueños proféticos. La gente se baña al aire libre y después se junta en torno a una hoguera. Las parejas saltan sobre ella agarradas de la mano. Si no se sueltan, su amor será duradero.

Cotacachi Ecuador

Zapateando hasta la extenuación

A 80 kilómetros de Quito a través de la Panamericana Norte, la población andina de Cotacachi se echa a la calle para ver a los miembros del pueblo quichua Caranqui zapatear con sus botas hasta la extenuación, al son de música tradicional. La ruidosa coreografía en torno a la plaza principal busca honor al dios Inti (Sol) y festejar el final del ciclo agrícola. Los bailarines van ataviados con zamarros -pantalones de cuero forrados con piel de oveja- y grandes sombreros confeccionados por ellos mismos. Uno de ellos se encarga de arengar al resto para que no flaqueen y estrellen sus pies contra el suelo con todas sus fuerzas. Tienen que asegurarse de que la madre naturaleza siente su agradecimiento por las cosechas.

Kokino Macedonia

El último observatorio natural descubierto

Uno de los lugares de culto para los amantes del solsticio de veranos que amenaza con hacer una seria competencia a Stonehenge está en Kokino, en el noreste de la República de Macedonia, a unos 1.000 metros de altitud. Descubierto en 2001 por el arqueólogo Jovica Stankovski, este enclave natural ha sido clasificado por la NASA como el cuarto observatorio antiguo más viejo, después de Abu Simbel, en Egipto, del de Gran Bretaña y Angkor Wat, en Camboya.

El solsticio de junio es el único día del año en que todos los lugares dentro del Círculo Polar Ártico experimentan un período continuo de luz diurna durante 24 horas. A medida que uno se desplaza más al norte de esa zona, la cantidad de días con el sol de medianoche aumenta.

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