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La salvaje falta de respeto de los ultras con Ana Frank

La salvaje falta de respeto de los ultras con Ana Frank

Indignación en Italia por el uso antisemita de la imagen de la célebre adolescente judía por parte de los aficionados radicales del Lazio en un partido con la Roma

DARÍO MENOR

Jueves, 26 de octubre 2017, 01:08

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Cuando entrenó por primera vez al Real Madrid en la temporada 1996-1997, Fabio Capello, que venía de ganarlo todo con el mejor AC Milan de la historia, se quedó maravillado al ver cómo se vivía el fútbol en los estadios españoles: gradas llenas, buen ambiente y padres que acudían a disfrutar del partido tranquilamente con sus hijos. Nada que ver con la situación del 'Calcio', ya entonces aquejado de la xenofobia y el fanatismo impuestos por una peligrosa minoría de ultras. Dos décadas después y pese a las campañas para tratar de disociar el fútbol de la violencia y el radicalismo, la situación sigue en el mismo punto. La última prueba vino con el peculiar 'regalo' que los aficionados del club de fútbol Lazio dejaron a sus rivales de la Roma el pasado domingo en las gradas del Estadio Olímpico de la capital italiana, compartido por ambos equipos. Se trata de unas pegatinas con un fotomontaje en que se ve vestida con la camiseta 'giallorossa' de la 'squadra' adversaria a Ana Frank, la adolescente judía holandesa que relató en su célebre diario cómo vivió con su familia escondida de los nazis hasta que estos se la llevaron a un campo de concentración, donde falleció en 1945.

Aunque el uso de la imagen de Ana Frank para mofarse de un rival descalifica de por sí a quien piensa que puede servir como insulto, la acción de los 'tifosi' del club 'biancoceleste' ha provocado una polémica en Italia por su fuerte contenido antisemita. No es en cualquier caso algo nuevo, pues en todos los estadios se llama 'judío' al rival. 'Maricón' es otro término común, tanto como los gritos y abucheos racistas cada vez que un jugador de raza negra toca el balón. Es una costumbre en la que caen una y otra vez multitud de 'tifosi', incluso niños y adolescentes. Lo normal es que cuando estos despropósitos se desmadran al equipo de casa le toque afrontar sanciones y el cierre de gradas. Pero poco más. Estos episodios se repiten año tras año y han acabado viéndose como algo intrínseco al 'Calcio'. Ya lo decía Capello hace 20 años.

Lectura del 'Diario'

Hay abucheos racistas cada vez que un jugador negro toca el balón

La bajeza moral de los ultras de la Lazio al echar mano de Ana Frank, en cambio, podría marcar un antes y un después. El mundo del 'Calcio' reaccionó ayer unido para poner el grito en el cielo por lo sucedido y no faltó político que no se sumara a la ola de indignación popular. De momento tanto la Policía como la Federación de Fútbol italiana anunciaron que abrirán una investigación para aclarar lo sucedido. Esta última institución decretó además dos medidas de cara a la próxima jornada de liga en todas las categorías: en los estadios se guardará un minuto de silencio y se leerá un fragmento del 'Diario de Ana Frank'. En la polémica intervino hasta el presidente de la República, Sergio Mattarella. Dijo que resultaba «inhumano» y «alarmante para el país» el uso como insulto de la imagen de esta adolescente que «conmovió al mundo» con su historia de «sufrimiento y muerte».

El presidente de la Lazio, Claudio Lotito, trató de apagar el fuego visitando ayer junto a varios jugadores la sinagoga de Roma, donde realizó una ofrenda floral. Lotito lamentó lo sucedido y anunció que cada año, 200 niños aficionados del club 'biancoceleste' viajarán al campo de concentración y extermino nazi de Auschwitz, en Polonia, para comprobar con sus propios ojos la magnitud del Holocausto y quedar así vacunados de por vida contra el antisemitismo. La Lazio aseguró además que utilizará una camiseta con la imagen de Ana Frank durante el calentamiento en el partido de liga que hoy afronta como visitante contra el Bolonia.

A lo que Lotito no se refirió fue a que este episodio podía haberse evitado si hubiera actuado de forma menos chapucera. Sus ultras dejaron las polémicas pegatinas en el fondo sur, donde suelen colocarse los aficionados de la Roma, debido a que los 'tifosi' del club 'biancoceleste' tenían prohibido ocupar el fondo norte, su espacio habitual, por haber abucheado a dos jugadores negros del Sassuolo durante el partido de hace tres semanas. Lotito trató de burlar la sanción abriendo el fondo sur al precio simbólico de un euro por entrada, asegurando que el club se sumaba así a una campaña contra el racismo. El resultado no ha podido estar más en las antípodas.

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