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Miércoles, 25 de octubre 2017, 10:29
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El que tenía que ser el día más feliz en la vida de Lindsey Hubley se acabó convirtiendo en su peor pesadilla. El pasado 2 de marzo, esta mujer de 33 años dio a luz en un hospital de Halifax, Nueva Escocia (Canadá). Sin embargo, tras parir contrajo una grave infección que necrotizó sus manos y piernas.
Según publica el Daily News, al día siguiente de recibir el alta Lindsey comenzó a sentir fuertes dolores abdominales. Los médicos le dijeron que tenía un constipado y la mandaron a su casa. Sin embargo, pasadas 24 horas su abdomen había adquirido un color diferente y tenía más dolor.
En esta ocasión los médicos le diagnosticaron una 'Fascitis necrotizante', también conocida como gangrena. Tuvo que ser operada varias veces para evitar que la gangrena se extendiera.
Hubley ha sufrido una histerectomía y amputaciones debajo de los codos y las rodillas. Ahora ha demandado al hospital por negligencia.
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