La revolución del fitness se llama electroestimulación muscular

Nos preocupamos por nuestro físico, aunque sea un poco, y por esa razón buscamos la forma de mantenernos activos y no caer en una vida sedentaria, gimnasio, un poco de running, ir andando al trabajo, hacer dieta...Probamos de todo y poco a poco vamos notando los resultados que nos motivan cada vez más. Sin embargo también los hay que no quieren esforzarse tanto y por eso existen trantamientos, técnicas y aparatos que ayudan a que el esfuerzo sea menos intenso. Con esta idea de reducir el tiempo de actividad pero consiguiendo el mismo beneficio llegó la electroestimulación muscular, que sin duda se ha convertido en los últimos años en una técnica ya no sólo utilizada por deportistas de élite sino también por el resto de mortales, ya que numerosos gimnasios ya la están usando. No obstante no sólo tiene que practicarse en un gimnasio, ya que los productos los puedes encontrar de forma independiente y por lo general con increíbles descuentos.

La electroestimulación muscular es una técnica que utiliza una corriente eléctrica para causar una contracción muscular de forma similar a la función que realizan los impulsos que envía el sistema nervioso central para controlar las acciones de los músculos. Se realiza a partir de un traje con electrodos que cubre todo el cuerpo y está conectado a una maquina que tiene diferentes programas de entrenamiento, a partir de los cuales se puede llegar a alcanzar con intensidad fibras musculares que serían más difíciles de activar con un entrenamiento tradicional. No obstante es una técnica complementaria a la práctica de ejercicio diario, no porque lo hagas desde el sofá sin practicar ninguna actividad más vas a conseguir un cuerpo escultural. Es una forma de hacer lo que se conoce como ejercicio pasivo y permite aumentar el tono muscular y mejorar la flacidez de los músculos aumentando su volumen, fuerza y resistencia, siempre y cuando se realice de forma complementaria a una actividad con cargas.

Entre sus principales beneficios destaca el hecho de que produzca una acción directa sobre los músculos, ya que trabaja todas las fibras que conforman el músculo, trabajándolas de forma profunda. Por otro lado ayuda a tonificar los músculos y a mantenerlos bien definidos, además de mejorar la circulación y eliminar líquidos, ideal para reducir la celulitis. Otra ventaja es que los resultados se observan a corto plazo, con dos sesiones a la semana de unos 20 minutos, una dieta equilibrada y ejercicio moderado con cargas, empezarás a notar como tu cuerpo va cambiando. Si la metodología de trabajo es adecuada sí ofrecerá buenos beneficios. Es especialmente útil para personas que han sufrido alguna lesión, ya que pueden mantenerse en forma pero localizando el trabajo en una parte y sin necesidad de utilizar todo el cuerpo, por lo que el trabajo es más dirigido.

No obstante debes tener en cuenta que este tipo de ejercicios no te permitirá adelgazar, ya que para perder calorías hay que realizar una actividad que movilice muchos grupos de músculos y esta sólo trabaja uno concreto. Tampoco actúa sobre tendones y articulaciones por lo que es vital realizar otro tipo de actividad para mantenerlos fuertes y evitar así ser más propensos a sufrir lesiones. Además tampoco es recomendable para personas con marcapasos, epilepsia, o mujeres embarazadas, ya que puede dañar o atrofiar las fibras musculares si no se utiliza de forma correcta.

En definitiva, la electroestimulación muscular no es un sustituto de la actividad física convencional, ya que no aporta beneficios que el ejercicio sí ofrece como la prevención de factores de riesgo cardiovasculares, el descenso de colesterol, de peso, mejora en el manejo del metabolismo de la glucosa y aumento de los niveles de endorfinas. Por tanto es simplemente un complemento más, un entrenamiento de alta intensidad, ideal si hemos sufrido alguna lesión o si queremos trabajar algún grupo muscular de forma localizada, y que no debemos de hacer más de dos días a la semana, y mucho menos seguidos, precisamente debido a su intensidad. No es cuestión de elegir entre ejercicio o electroestimulación, se trata de conocer lo que te puede aportar cada una y en función de ello, combinarlo para conseguir el máximo beneficio.