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Martes, 15 de agosto 2017, 11:14
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Una pareja de ancianos, ambos de 91 años y residentes en Didam, llevaban casados felizmente 65 años en Holanda cuando decidieron poner fin a sus vidas. Por el lado, él, Nic, sufrió un derrame cerebral hace cinco años y su movilidad había quedado reducida. Su dolor era insoportable. Ella, Tree, comenzó a deteriorarse al tener que cuidar de su marido. No podían valerse por ellos mismos.
Así las cosas, comenzaron temer que uno de los dos muriera y que el otro se quedaría solo en un asilo. En consecuencia, firmaron una petición especial de eutanasia, ley introducida en los Países Bajos en el año 2000.
Finalmente las condiciones para presentar una solicitud de eutanasia se cumplieron para ambos porque aunque la mujer no estaba en una situación crítica, si podría estarlo de perder a su marido. "Pronto se hizo evidente que no podía esperar mucho más. Morir juntos era su deseo más profundo", recuerda una de las hijas.
Cuando estuvieron listos, "se dieron un gran beso y murieron tranquilos cogidos de la mano". El 4 de junio ambos murieron, rodeados de su familia.
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