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susana zamora
Martes, 20 de junio 2017, 01:03
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Con el fuego, el hombre descubrió la luz, el calor, la comida caliente, su protección frente a los depredadores y mejoró su salud al poder hervir plantas medicinales y esterilizar utensilios. Todo eso y, también, las quemaduras. Y desde entonces no ha dejado de probar insólitos ungüentos, cataplasmas naturales y laboriosas tinturas para aliviar el dolor que producen y reparar la piel dañada. Han pasado 800.000 años y sigue en esa búsqueda, estudiando técnicas y aplicando innovadores tratamientos que devuelvan lo que un día el fuego se llevó.
La última aportación científica llega del otro lado del Atlántico, donde médicos brasileños han empezado a utilizar la piel de la tilapia para tratar a pacientes con quemaduras graves. Tras un proceso de limpieza, en donde se le quitan las escamas, el tejido muscular, las toxinas y el característico olor a pescado, las pieles se cortan en tiras de diez por veinte centímetros, se refrigeran a una temperatura de entre dos y cuatro grados y se depositan sobre la zona quemada durante varios días. La apariencia de reptil que le imprime al paciente parece sacada de una película de ciencia ficción, pero el alivio merece la pena.
El doctor Edmar Maciel, coordinador de la Unidad de Quemados del Instituto José Frota de Fortaleza (Brasil) e impulsor del proyecto junto a un grupo de científicos de la Universidad Federal de Ceará, está convencido de los importantes beneficios de este animal de agua dulce y salada que, sin embargo, no es muy valorado en gastronomía. Llegó a este país en los años 70 desde África y representa el 40% de todo el pescado que se produce en las piscifactorías brasileñas. «Se trata de un recubrimiento que se adhiere al cuerpo perfectamente e impide la entrada de agentes externos», precisa Maciel en una entrevista.
El tratamiento habitual de las quemaduras conlleva diariamente un cambio de vendaje, el lavado de la superficie quemada y la aplicación de una crema antibiótica, «un proceso extraordinariamente doloroso para el paciente y que gracias a la piel de tilapia puede minimizarse, ya que este apósito aguanta diez días en las quemaduras de segundo grado (las que afectan a la capa externa y la subyacente de la piel), y hasta una semana en las de tercer grado (afectan a capas profundas de la piel).
Estos científicos, premiados por el Congreso Brasileño de Cirugía Plástica y el de Quemados, desarrollan actualmente la última fase de su investigación con 120 adultos, 30 niños y 500 tilapias convencidos de que no solo es un tratamiento que reduce el dolor, sino que mejora la cicatrización de las heridas por su alto contenido en agua y ácidos grasos.
Sin embargo, a este lado del océano, los cirujanos españoles mantienen sus reservas y no creen que sea un tratamiento tan revolucionario. «Aporta poco», sentencia José Ramón Martínez, jefe de la Unidad de Quemados del Hospital La Paz (Madrid), centro de referencia nacional para el tratamiento de quemados críticos. En su opinión, el verdadero impacto de la piel de tilapia no es clínico, sino económico, «ya que los sustitutivos cutáneos suelen ser caros y, a priori, aquella puede ser potencialmente más barata».
Favorece la cicatrización
Le reconoce, sin embargo, algunas ventajas, ya que al ser un «estimulante regenerador» favorece la cicatrización de la piel humana. «Sin embargo, no tiene propiedades reparadoras, porque la parte de piel de la tilapia que se integra en el humano es muy pequeñita y se debe principalmente a su contenido en agua y ácidos grasos que protege más de las infecciones que las pieles de otros animales, como cerdos y vacas, que también se utilizan en quemados», explica Martínez. Las infecciones son el principal caballo de batalla, ya que el paciente permanece mucho tiempo cruento, con mucha superficie sin cobertura y expuesto a poder colonizarse de gérmenes. De ahí que, mientras llega la piel de cultivo propia del enfermo (puede tardar entre tres y cinco semanas), se usen apósitos temporales sintéticos, como la tilapia o los procedentes de bancos de piel de cadáveres.
En España, la piel de tilapia aún no está disponible, aunque la previsión es que empiece a comercializarse el próximo año y pueda usarse como una alternativa más. Por el momento, el mayor avance logrado en los dos últimos años en el tratamiento de pacientes quemados ha sido la debridación enzimática. Una auténtica «revolución», según Martínez, al permitir retirar la piel quemada (antes se hacía con cirugía y entrañaba más riesgos) en solo cuatro horas gracias a la aplicación de una crema a base de enzimas.
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