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ALFONSO MAYA
Sábado, 27 de mayo 2017, 02:35
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Vive y deja morir, 'live and let die', es la mítica pieza musical en la que Paul McCartney dejó su extraordinario sello en la saga cinéfila del agente secreto más mediático, y que protagonizó el señor Moore en los años 70 y 80. Y nada mejor para acompañar estos argumentos de ficción que un Dry Martini, un Martini, un Vodka-Tini, una 'bala de plata'... Un trago clásico donde los haya y rodeado de mitos, leyendas, snobismos varios, mucha literatura y legiones de fans... Porque en efecto, el Dry Martini sigue siendo tan popular como lo fue siempre, y pocos cocktails son tan conocidos -aunque nunca se hayan probado- como este del que estamos hablando hoy.
¡Mezclado y agitado! Alquimia fría en la que el título de 'dry' no se lo concede el tipo de ginebra que se emplea, sino el vermut que se utiliza.
En Alexander Cocktail Bar se ejecuta un Dry Martini fundamentado en la receta original de 1904. Es decir: 35 ml de ginebra seca (London n3, ginebras americanas, Sipsmith...), 35 ml de vermut seco(Mancino Vermouth), 2 golpes de bíter de naranja (o Angostura) removidos en vaso mezclador con toda la suavidad del mundo (y casi como un místico zen japonés en su ritual) para luego terminar decorando con una aceituna manzanilla con hueso, insertada en madera tras perfumar con un twist de los mejores limones de temporada y luego descartarlo si usted así lo estima oportuno.
Estaríamos hablando de un cocktail de una graduación de 22 grados, como bien nos informa François Monti en su gran obra maestra en español dedicada al Vermut: 'El Gran Libro del Vermut'. «Hoy, de hecho, los americanos considerarían que esta receta es wet (húmeda), lo que demuestra que los orígenes reales del trago se han perdido. Preparado con un vermut seco recién abierto, con bíter de naranja y piel de limón, el Dry Martini original es un trago exquisito, que, además, tiene la gran ventaja de no pegar tan fuerte como los ridículos Dry Martini que se suelen preparar hoy en día, con apenas unas gotas de vermut», reza la publicación. Nos indica el escritor y periodista belga, residente en Madrid y con varios libros sobre coctelería en su haber, y amigo personal de un servidor, que se suma a la buena nueva de los expertos en la materia en lo que a las proporciones en el Martini atañe.
Se podría decir que el Dry Martini es la única invención de Estados Unidos tan perfecta como un soneto, como nos indica Antonio Jiménez Morato en su libro 'Mezclados y Agitados', donde Luis Buñuel, genuino aficionado al cóctel, era un verdadero hooligan del Dry.
La popular frase del agente de que el Martini -Bond los tomaba con Vodka, por cierto- debe ser «agitado y no mezclado» choca con los partidarios del mezclado... La diferencia estribaría en que cuando se mezclan los ingredientes tienden a formar una masa uniforme, mientras que cuando se agitan obtendríamos más una aromatización donde se mantiene la textura de cada ingrediente.
Lo mejor es probar ambas opciones y en Alexander encontrarán la mejor selección para elaborar 'El Príncipe' de los cócteles.
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