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Martes, 28 de marzo 2017, 11:38
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El caso de Loraine Maurer es el claro ejemplo de una persona que adora su trabajo. Tanto que tiene 94 años y no piensa en jubilarse. Lleva 44 años trabajando en un McDonalds de Evansville, en Indiana, Estados Unidos. El pasado jueves compañeros de trabajo y clientes celebraron con una enorme tarta el cuadragésimo cuarto aniversario desde su llegada a la multinacional.
Maurer recuerda que su entrada se debió a la pérdida del puesto laboral de su marido. Ella se veía demasiado joven para quedarse en casa. Tenía 49 años por aquel entonces. Desde el primer momento se hizo con su puesto y forjó una relación especial con sus clientes hasta el punto de servirse en ellos como punto de apoyo tras el fallecimiento de su pariente.
La dueña de la sucursal reconoció a ABC News que Loraine cuenta con bastantes seguidores. Clientes muy leales que vienen especialmente a nuestro restaurante para verla, comenta. Sus cuatro hijos ya se han jubilado, algo a lo que ella se niega ya que es una razón para levantarme por la mañana. Cabe destacar que, en McDonalds, hay dos nonagenarios como Harriet Ciopper (95) y Goh Gwek Eng (92) que aún siguen trabajando por puro placer.
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