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El misterio de los 100.000 japoneses que cada año desaparecen sin dejar rastro

El misterio de los 100.000 japoneses que cada año desaparecen sin dejar rastro

Según afirma el New York Post, las desapariciones son voluntarias y tienen que ver con la intención de desentenderse de sus deudas y problemas económicos

ideal.es

Domingo, 26 de febrero 2017, 01:06

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Desde principios de los años 90, unas 100.000 personas desaparecen cada año en Japón sin dejar rastro, todo un misterio que la versión digital del New York Post asegura haber desvelado. Según afirma este medio, las desapariciones son voluntarias y tienen que ver con la intención de desentenderse de sus deudas y problemas económicos.

Al parecer, al tiempo de darles por desaparecidos, estos nipones reaparecen en otro lugar del planeta, sin ninguna carga económica. Es el caso de Ichiro y su mujer, que vivían felices junto a su hijo Tim, hasta que decidieron pedir un préstamo para abrir un negocio que no funcionó y que les llevó a la ruina. Cuando esto ocurrió, decidieron desaparecer.

La gente es cobarde. Todos quieren tirar la toalla un día, desaparecer y reaparecer en algún lugar que nadie conoce. Nunca imaginé que huir fuera a ser un fin en sí mismo... Sabes, una desaparición es algo que nunca puedes olvidar. Huir es una vía rápida hacia la muerte, explica Ichiro en el citado medio.

La periodista francesa Léna Mauger ha decidido dar voz a estos japoneses desaparecidos en el reportaje El desaparecido: la gente evaporada de Japón en historias y fotografías. Era un tema tabú. Algo de lo que realmente no se podía hablar. Pero es una forma de sobrevivir para ellos, explica la periodista.

Otro de los casos que recoge este reportaje es una auténtica penitencia. Se trata de Norihiro, que desapareció hace 10 años, cuando admitió que no podía mantener a su familia. Ahora, a sus 50 años, vive bajo un nombre falso en una habitación sin ventanas, que cierra con candados mientras fuma y bebe de forma descontrolada.

Y no menos dramático es el caso de Yuichi, quien decidió huir y abandonar a su madre enferma, a la que no podía cuidar con su escaso sueldo.

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