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Los bellos huérfanos de la selva

Los bellos huérfanos de la selva

Pocos humanos son capaces de contener su perplejidad cuando contemplan por primera vez un ejemplar

borja olaizola

Martes, 17 de enero 2017, 01:41

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Un refrán malayo dice que los orangutanes no hablan porque en ese caso alguien les obligaría a trabajar. Pocos humanos son capaces de contener su perplejidad cuando contemplan por primera vez un ejemplar: no solo tienen un sorprendente parecido físico con nosotros, sino que también comparten muchos de nuestros hábitos: duermen las mismas horas, tienen comportamientos sociales parecidos y su longevidad es también equiparable a la nuestra. Otra característica que nos hermana es que las crías dependen de sus madres hasta una edad muy avanzada, generalmente los siete u ocho años de edad.

Las crías de orangután son por eso extraordinariamente vulnerables cuando se quedan huérfanas. Las tres que aparecen en la foto han sido trasladadas a un centro de rescate de animales de Indonesia después de haber perdido a sus progenitoras en los incendios que asolan los bosques de Borneo. En el refugio se les intenta enseñar a salir adelante sin la tutela de una madre, algo que no siempre consiguen.

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