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Carlos Vico, durante la entrevista.
«El miedo no puede apoderarse de uno»

«El miedo no puede apoderarse de uno»

Carlos Vico, especialista en supervivencia extrema, viaja a Siberia para iniciar su última aventura: escapar de un gulag con temperaturas que pueden llegar a los 50 grados bajo cero

Isaac Asenjo

Lunes, 16 de enero 2017, 13:31

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«Si lloras mueres; si tu mente se distrae, mueres: si te duermes, mueres; si te asustas, mueres...». Carlos Vico (Igualada, 1980) habla desde la experiencia. Es un especialista del riesgo y fundador de la escuela de supervivencia extrema 'Survivalxtreme', en donde aplica a la vida todos sus conocimientos a un mundo, que en principio nada tiene que ver con el laboral, para ayudar a trabajadores de distintos ámbitos a afrontar los retos de su día a día profesional: Enseña a controlar los miedos, a usar la lógica, a adaptarse al medio y varias técnicas para encontrar recursos que aplicar a la vida diaria. «La supervivencia extrema es una lucha contra ti mismo, una lucha contra el tiempo que se escapa, una partida de ajedrez donde tu actitud y tu aptitud son tus armas para arañar un minuto más», analiza Vico.

El catalán ha viajado por medio mundo poniendo a prueba su cuerpo y sobre todo, su mente. Ha aprendido a sobrevivir al calor, al frío; en el desierto o en la montaña. Ha visto la muerte de cerca, un óbito con ojos de hielo y aliento a ventisca en Groenlandia, en donde la Dama de la Guadaña estuvo a punto de tocarle. Hace un año de esa experiencia. Lo rescataron tras catorce horas después de que el hielo se abriera bajo sus pies y cayera al agua. Asegura que lo que le mantuvo con vida fue su constante «trabajo mental». Aún le quedan ganas de seguir buscando unos límites que quizá otro ya hubiera encontrado hace tiempo. Su próximo reto estará en Siberia. Otra vez volverá a ir al límite.

Pondrá rumbo esta semana, donde intentará reproducir una fuga de un gulag (campo de trabajo forzado de la Rusia stalinista) perseguido por un grupo de cazadores. Antes de llegar al poblado más cercano, Vico deberá atravesar un desierto de hielo y resistir cuatro días en un bosque donde habitan lobos y osos, provisto tan solo de un cuchillo, una cantimplora y un ferrocerio (encendedor de piedra) con temperaturas que pueden llegar a los 50 grados bajo cero. El reto, que podría ser el guión de un film de ciencia ficción, no podía completarse sin la indumentaria adecuada. De ahí que el barcelonés vaya a ir vestido como un preso de la época, sin comida, brujula o tienda de campaña. Detrás de él, en el equipo de perseguidores, irá un cámara y una persona encargada de supervisar lo que vaya ocurriendo. Será como medida de precaución, ya que Carlos Vico irá solo e intentará grabar lo máximo posible con una GoPro todo lo que vaya haciendo durante el recorrido.

«El frío será un factor espectacular; si la mente falla, estás perdido», reconoce Vico durante la entrevista, en la que cuenta que la dureza de este tipo de retos es lo que le llama a afrontarlos. Jamás ha dicho que no a alguna de las aventuras que se le pasan por la cabeza. No tiene la fórmula mágica para no tener miedo, pero sí para actuar. «Miedo siempre hay pero no puede apoderarse de uno; no dejo que él se apropie de mí, que me diga ¡No puedes hacer esto! o que me bloquee», advierte. Resulta vital mantener el autocontrol y actuar con reflexión ya que en situaciones de pánico, estrés o amenaza, las personas actúan de forma instintiva de varias maneras diferentes: Agresividad, huir, bloqueo o sumisión. La respuesta es inconsciente y automática, lo que no consigue la mejor solución. De ahí que la filosofía de este aventurero se pueda resumir como 'PAREPIA' (Para - Respira - Piensa y Actúa). «Tu mente lleva miles de años preparándose para contrarrestar amenazas. Para sobrevivir hay que bloquear el instinto de supervivencia y dejar fluir la creatividad e imaginación», explica. Vico traslada su filosofía a cualquier situación en la vida cotidiana. «Si mantienes la calma podrás encontrar la salidad adecuada y detener una inercia mala ya sea en la montaña o en tu puesto de trabajo».

Asegura que cualquier persona podría hacer frente a un reto de supervivencia si sigue estas pautas aunque no tenga una preparación física para ello. Todos podemos vernos en una situación límite, ya sea tras un accidente en el que no tenemos cobertura o si nos desorientamos un día en la montaña. A través de su escuela de supervivencia extrema pone a sus alumnos - han pasado por allí unas 700 personas en cinco años- en situaciones reales donde deben de aprender a eliminar las dudas en cuanto hay que tomar decisiones, gestionar sus emociones en situaciones que se antojan complicadas y actuar con tranquilidad en una situación de riesgo.

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