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Sábado, 7 de enero 2017, 12:06
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Kim Vaughan estaba teniendo un embarazo normal. Esperaba gemelos y nada hacía presagiar que acabaría pasando una desgracia después de tuviera que acudir al hospital por un repentino dolor de espalda. Lo que sucedió fue que Raiden, uno de los pequeños, nació a las 24 semanas de gestación. Su llegada al mundo fue en situación tan precaria que los médicos no pudieron hacer nada por salvarle la vida.
En ese punto, los facultativos se quedaron esperando a que Kim diera a luz al otro gemelo, pero en cambio el partó cesó. El bebé esperó hasta seis semanas para nacer.
Esta historia descubierta ahora por el diario Mirror tuvo lugar hace dos años. Ahora, Dylan tiene es un niño feliz y sin problemas de salud. Los padres cuentan al citado medio que se sienten muy "agradecidos" por su hijo "milagro".
Kim ha recordado que que después de dar a luz a Raiden "extrañamente mi dolor se detuvo". Cuando Dylan apareció necesitó de incubadora para recuperarse, hasta el punto de crecer sin problemas.
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