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Las misteriosas nubes azules de hielo en la Antártida

Las misteriosas nubes azules de hielo en la Antártida

Los cambios de invierno a verano en la atmósfera inferior antártica provocan una compleja serie de respuestas en toda la atmósfera

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Martes, 6 de diciembre 2016, 13:54

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La misión espacial AIM de la NASA muestra el cielo sobre la Antártida brillando de color azul eléctrico, debido al comienzo de la estación de nubes noctilucentes en el hemisferio sur.

Las nubes noctilucentes son las nubes más altas de la Tierra, intercaladas entre la Tierra y el espacio a 75 kilómetros de altura sobre el suelo en una capa de la atmósfera llamada la mesosfera. Sembradas por los escombros finos de meteoros que se desintegran, estas nubes de cristales de hielo brillan un azul brillante impactante cuando reflejan la luz del sol.

La misión AIM (Aeronomy of Ice in the Mesosphere) estudia nubes noctilucentes para comprender mejor la mesosfera y sus conexiones con otras partes de la atmósfera, el tiempo y el clima.

Las observamos estacionalmente, durante el verano en los hemisferios norte y sur. Esto es cuando la mesosfera está más húmeda, con el vapor de agua que flota arriba de altitudes más bajas. Además, esto es también cuando la mesosfera es el lugar más frío en la Tierra - cayendo tan bajo como -98 grados Celsius - debido a los patrones de flujo de aire estacional.

Este año, AIM vio el comienzo de la temporada de nubes noctilucentes el 17 de noviembre de 2016, empatando con el primer inicio en el registro AIM del hemisferio sur. Los científicos dicen que esto corresponde a un cambio estacional anterior en altitudes más bajas.

Los cambios de invierno a verano en la atmósfera inferior antártica provocan una compleja serie de respuestas en toda la atmósfera, una de las cuales es una temprana nubosidad nocturna. En el Hemisferio Sur, AIM ha observado que estas estaciones comienzan desde el 17 de noviembre hasta el 16 de diciembre.

Desde su lanzamiento en 2007, los datos de AIM nos han mostrado que los cambios en una región de la atmósfera pueden producir respuestas en otra región distinta y a veces distante. Los científicos llaman a estas relaciones telecomunicaciones atmosféricas. Ahora, debido a la precesión natural, la órbita de la nave espacial está evolucionando, permitiendo la medición de las ondas de gravedad atmosférica que podrían estar contribuyendo a las teleconexiones.

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