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Miércoles, 16 de noviembre 2016, 10:34
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Una joven, natural de Nigeria y de 27 años, estaba durmiendo y cubierta de sangre en la sala de espera del aeropuerto de Viena cuando fue encontrada por los servicios de limpieza. Más tarde se supo que había tirado a su bebé recién nacido a una papelera porque no quería perder la conexión de su vuelo.
Según publica The Mirror, ella afirmó a las autoridades que su bebé nació muerto, pero los informes demuestran lo contrario, el pequeño murió en el hospital.
Luego, en cambio, confesió que tiró a su bebé envuelto en una bolsa porque no quería perder el vuelo.
El fiscal Friedrich Koehl señaló que están investigando y la autopsia revelará la causa de la muerte. Por el momento, la arrestada está en prisión preventiva.
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