Todos lo hemos hecho, y nos lo han hecho alguna vez. Y es que el dar un susto es algo que en muchas ocasiones puede llegar a funcionar para que desaparezca ese molesto visitante, pero NO ESTÁ CIENTÍFICAMENTE COMPROBADO.
Sin embargo, este remedio si tiene cierto fundamento científico. Hay especialistas que lo explican basándose en que al asustarnos se produce una contracción repentina del diafragma. Esto afecta al nervio vago que es el causante del hipo. Al ejercer un estímulo diferente en este nervio, por medio del sobresalto que supone un susto, se puede conseguir que el hipo desaparezca al hacer que el nervio vago se ocupe de otra señal.