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«He firmado autógrafos hasta en la cárcel»

«He firmado autógrafos hasta en la cárcel»

Soy escritor, pero pago mi cuota en el Colegio de Abogados. Tengo 50 años, aunque no he notado ninguna crisis por la edad. Mis cuatro hijos, escribir y leer no me dejan tiempo para ‘hobbies’. Soy guardia civil honorario. Este año he publicado la novela ‘Donde los escorpiones’

ester requena

Lunes, 22 de agosto 2016, 00:05

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Ahora mismo lo pillamos en Panamá, ¿no aparecerá usted también en los papeles?

No, no, no. Lo puedo justificar todo: voy invitado por la feria del libro (risas). Todo mi dinero está declarado a la Agencia Tributaria y la mitad de él está en sus arcas.

La eterna pregunta: ¿usted a quién le Silva?

Silbo muy poco y diría que a nadie (risas).

De paciencia sí que debe ir bien servido con tantos personajes... ¡y cuatro hijos!

Tiendo a relativizar los problemas. Además, como tengo de todo, un chico y tres chicas con edades entre la adolescencia y los tres años, pues estoy preparado para todo tipo de problemas y para no dramatizar.

Uno de ellos, además, vino con un gran pan debajo del brazo...

Cuando gané el Premio Planeta, mi mujer estaba embarazada de mi hija pequeña. Alguien me dijo que no venía con el pan, sino con toda la panadería.

Por cierto, su inspector Bevilacqua tiene una página en la Wikipedia más grande que la suya...

¡Porque su vida es más interesante que la mía! La Wikipedia está bien diseñada y mantenida en ese sentido (risas). No tengo celos de él; no se puede tener celos de un hijo.

Si le dieran un céntimo cada vez que le preguntan cuándo se liarán Bevilacqua y Chamorro, ¿ganaría más que con el Planeta?

Pues un crucerillo y unas cuentas cenas seguro que me habría pagado (risas).

De todos modos, vaya dineral se estaría sacando como abogado, porque encima empezó como auditor de cuentas...

No estaba mal pagado y no me iba mal profesionalmente. Pero los euros que me da la escritura, aunque sean muy difíciles y más en el país en el que vivo, donde mucha gente cree que la literatura no tiene valor, saben mejor.

Pero tendría hasta la luz pagada.

Sí. Y plan de pensiones, plaza de garaje y un montón de cosas. Pero no me he arrepentido nunca.

¿Los abogados le echan mucha literatura a las cosas?

Sí, cuando era abogado por lo menos conseguía que los jueces no se durmieran leyendo mis demandas (risas).

Luego, en sus novelas ningún protagonista es abogado...

Creo que es contraproducente. El novelista da lo mejor de sí cuando se mete en la piel de otros.

¿Qué político sería un buen protagonista para sus libros?

Para una novela da cualquiera. A mí me parece muy interesante el caso de Rajoy, porque es una persona dada por muerta y, sin embargo, provista de una resiliencia verdaderamente espectacular.

Usted siempre se pone del lado de los perdedores. ¿Qué hacemos con Pedro Sánchez?

No está demostrado que sea un perdedor todavía; está bastante maltrecho, pero la vida es larga.

¿A qué famosos deberíamos elevar a un altar y ponerle flores?

A Kafka. Y yo ya le he puesto flores porque he ido varias veces a su tumba en Praga.

Le encantaba ver los vídeos de Camela, pero se han separado. ¿Ahora con qué se divierte?

¡Eso me parece una tragedia! No me había enterado y me acaba de dar el verano (risas). Cuando zarpa el amor es un vídeo imborrable.

Pero luego se enamoró con el tema Stand by de Extremoduro. Menudo cambio musical.

Es que Extremoduro es el mejor grupo de rock español y Robe (su cantante) uno de nuestros poetas. Yo cumplí mi sueño de escucharlos en directo en su estudio de grabación mientras tocaban De acero. ¡Eso es insuperable!

¿Quién es la persona más extraña que ha leído sus libros?

He firmado unos cuantos autógrafos en la cárcel. Y cuando después me han explicado lo que habían hecho esas personas a las que les había dedicado el libro, a veces he sentido un estremecimiento.

Ana María Matute decía que casi todos los escritores le daban un poco al frasco, ¿y usted?

Nada, solo vino en las comidas. Soy muy aburrido. Siempre he preferido escribir con la cabeza clara.

¿Se jubilará o no piensa dejar de escribir?

Soy escritor y de la generación del baby boom, por lo que tengo prohibido jubilarme. Somos demasiados para cobrar pensión.

Pero por ahora llega a fin de mes.

Llego, pero es un milagro permanente escribiendo novelas en España (risas). No confío en ello para siempre.

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