Edición

Borrar
El desconocido que ha hecho la colonia definitiva

El desconocido que ha hecho la colonia definitiva

Artífice del renacimiento de Bottega Veneta, celebra 15 años al frente de la firma como director creativo. Sin embargo, como a todo gran modisto, le faltaba la guinda para redondear su obra

PPLL

Miércoles, 20 de julio 2016, 02:01

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

Tomas Maier (Pforzheim, 1957) es como esa lluvia fina que acaba calando hasta los huesos sin darnos cuenta. Artífice del renacimiento de Bottega Veneta, celebra 15 años al frente de la firma como director creativo. Sin embargo, como a todo gran modisto, le faltaba la guinda para redondear su obra: el lanzamiento de un perfume. Puesto a cumplir con la tradición, se ha multiplicado con 'Parco Palladiano', una colección de fragancias unisex especiales, sutiles y distintas.

Tomas, hijo de arquitecto, es un caso digno de estudio. Cogió una casa en bancarrota y la ha reconvertido en un sello de gran lujo sin ostentación, guiado por la pasión y la paciencia. «No hay por qué tener prisa. El mundo hoy quiere demasiadas cosas y rápido, pero esa no es mi naturaleza. Me mantengo a cierta distancia y actúo cuando pienso que es el momento». Sus perfumes están impregnados de esta filosofía tan particular. Son el resultado de más de dos años de trabajo directo con tres narices.

Los aromas están muy ligados a los olores que marcaron su infancia, cuando iba con sus padres y hermanos a la Selva Negra a recolectar plantas, flores y especias que luego estudiaban en casa. Además de hilar fino con sus diseños, Maier no suelta prenda sobre su vida privada. «Yo explico historias con mis productos, lo demás es aburrido. Creo en la libertad y la disciplina, que cada uno haga su trabajo y se vaya a su hogar y haga su vida, como yo hago la mía. La moda solo es el cincuenta por ciento de mi existencia», revela.

La otra mitad es la arquitectura, que descubrió al lado de su padre, al que acompañaba de niño mientras dibujaba en su estudio. «Nunca fui lo suficientemente bueno en matemáticas para dedicarme a esta disciplina», admite. Optó por la moda tras descubrir en las revistas de su madre que Saint Laurent se había formado en la Cámara Sindical de la Alta Costura de París. «Quería ver mundo y mi pueblo se quedaba pequeño», sostiene Maier, que mantiene una escalada frenética pero sin sobresaltos.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios