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El párroco de Momán, Luis Rodríguez Patiño, bendice los baches de la cuneta durante la misa celebrada para que arreglen la calzada.
Dios contra los baches gallegos

Dios contra los baches gallegos

El párroco de Momán, en Lugo, lo mismo da una misa para denunciar el mal estado de la carretera que los desahucios. El polémico Luis Rodríguez Patiño también pide la excomunión de Rajoy

francisco apaolaza

Jueves, 26 de mayo 2016, 01:35

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Los caminos de Dios son inescrutables y tienen el firme en perfecto estado. Quizás por eso, el cura de Momán, en el concejo de Xermade, en Lugo, organizó la misa del pasado domingo en la carretera y colocó el altar entre dos baches. El sacerdote denunciaba el estado de la LU-P-2204, que necesita desde hace años arreglos «que la corrupción no ha dejado llevar a cabo». Fue un día curioso en la calzada que une Momán y As Pontes, en las montañas de la Galicia interior: allí trasladaron la imagen de la Virgen de los Dolores e instalaron 14 cruces. Los vecinos donaron pan, vino, queso y empanada y se armó un belén que ha recorrido las páginas de los periódicos de medio mundo. El párroco habló de cosas bastante terrenas, como de esos dos agujeros que llevan veinte años sin que nadie se inmute, pinchando ruedas y provocando accidentes. Decir una misa a un bache tal vez suene a frívolo o a uno de esos eventos improbables que de vez en cuando hacen de Galicia un territorio mágico, pero el sacerdote le da un sentido más amplio: «Es mi deber denunciar todo lo que viola o lesiona o duele al ser humano», explica al teléfono en un día en el que todo son llamadas de periodistas.

Este sacerdote no es cualquiera. Se llama Luis Rodríguez Patiño y es un viejo conocido del clero gallego, dueño de uno de los destinos más rebeldes en la iglesia española. Vaya por delante su historia. Nació en A Coruña en 1957, hijo de emigrantes gallegos en Londres. Lo criaron sus abuelos cuando las cosas se pusieron feas y ya con 16 años sintió la llamada de Dios como una forma de hacer frente a la injusticia. Con esa edad se enroló entre los misioneros colombianos y más tarde hizo suya la Teología de la Liberación.Estudió Teología, Filosofía y Derecho, pero pronto los corsés de la jerarquía se le quedaron estrechos.Cuenta que a principios de los años 80 fueron a cazarle: «En la iglesia española puedes robar y ser un cura ladrón, pero no andar a ver una chica». Así que le dijo esto al obispo: «Mándeme al sitio más lejano que haya y no me rompa la cabeza».El sitio más lejano que encontraron está formado por cinco parroquias adscritas a la diócesis de Mondoñedo-Ferrol.Cuando llegó, la gente pensó que venía castigado eso era cierto y que no duraría mucho.En esto se equivocaron: lleva 35 años y en elConcejo de Xermade admiten que «es un sacerdote peculiar», pero «la gente lo adora».

Si creyó en algún momento que se olvidarían de él, estaba muy equivocados.En más ocasiones de las que se pueden contar con una mano, le han llamado al orden. Y es que el cura Santiago hace cosas como esta: en 2013 montó un Belén en la iglesia de Xestoso, en la que los nazarenos hacían un escrache a Herodes por haber desahuciado a la Virgen María y a San José. Ese día también aparecía en escena Papá Noel, que no podía entregar los regalos al encontrarse con una valla electrificada. En otra ocasión, la iglesia apareció precintada y tapizada de pegatinas de Stop Desahucios. «A Dios no se le puede separar del pueblo», respondió entonces. Desde hace cinco años se le conoce como el cura indignado.

El obispo también le sacó la tarjeta amarilla porque en uno de los belenes figuraba un cartel que decía: «Los gays no pueden entrar en el pesebre porque lo dice el obispo de Segorbe, que insulta a los hijos de Dios». «Eso no fue lo que dijo textualmente, pero los llama pervertidos.Eso no puede ser. No se puede decir eso.Está en contra de lo que predicaba Cristo».

Los privilegios del Vaticano

Santiago se declara un admirador del Papa Francisco «tiene un marketing buenísimo», pero en una ocasión le replicó por carta.Después de escuchar que a Bergoglio le gustaba la sinceridad, le escribió desde «el respeto» una misiva en la que criticaba los privilegios del Vaticano y los puntos de vista que la Iglesia católica mantiene con la homosexualidad y el celibato de los sacerdotes, un «asunto que es de los hombres» y no de Dios. Este párroco rebelde también está detrás de iniciativas como la UNED Senior, que impulsó desde Galicia en 2008, y de los consejos de ancianos en los pueblos.

A día de hoy, Santiago sigue sin rehuir la polémica cuando pide la excomunión del presidente en funciones.«Merece la excomunión todo lo que produce la muerte o genera daño en el hombre. Y Mariano Rajoy lesiona a la gente porque no está utilizando su poder para defender el bien público y evitar la corrupción. Está a favor de ciertos poderes económicos internacionales y está matando indirectamente con los desahucios, no puede eludir su responsabilidad con las personas que no tienen para comer ni medicamentos. Me da igual el PSOE, el PP o el BNG. El que manda colabora con esas muertes», sentencia el cura indignado.

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