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Personal médico recoge un enfermo de ébola que deliraba en un agujero en Sierra Leona.
La corrupción saquea África

La corrupción saquea África

De Nigeria a Madagascar reina el soborno. La ONG Transparencia Internacional publica un informe demoledor con países donde se volatiliza el 40% del presupuesto nacional y se esfuman millones de barriles de crudo. No se libra ni el ébola

GERARDO ELORRIAGA

Miércoles, 9 de diciembre 2015, 00:17

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T rabaja duro si no quieres que la pobreza te tome como rehén», advierte el expresidente nigeriano Goodluck Jonathan en su cuenta de Twitter. También sugiere que dejemos de confiar en los golpes de la fortuna y que no esperemos a que las cosas pasen. Sí, cabría pensar que tales consejos parecen extraídos de cualquier manual barato de autoayuda. Pero, posiblemente, estas profundas reflexiones han guiado a sus colaboradores más cercanos, que han luchado tanto contra la miseria que sufre la mayoría de su pueblo como para evitar la suya venidera. Sobre todo lo segundo: el exconsejero de Seguridad Nacional Sambo Dasuki y el exministro de Finanzas Bashir Yuguda han sido arrestados, acusados de apropiarse de 1.900 millones de euros mediante falsos contratos de compra de aviones, tanques y otro material bélico.

Últimos casos

  • Guinea. El expresidente guineano y comandante de las fuerzas militares de la Unión Africana, Sékouba Konaté, se acaba de declarar culpable del intento de contrabando de dinero en Estados Unidos y podría cumplir una pena de cinco años en una cárcel americana.

  • Nigeria. La exministra nigeriana de Petróleo, Diezani Alison-Madueke, fue arrestada el pasado octubre en Londres, acusada de blanqueo de dinero. Un año antes, el gobernador del Banco Central denunció la desaparición de 19.000 millones de euros generados por la venta de crudo y la Corporación Nigeriana de Petróleo, la presunta responsable, le reprochó «su escaso conocimiento de los tecnicismos de la industria».

El 58% de los africanos cree que la corrupción en sus respectivos países ha aumentado durante el último año. La ONG Transparencia Internacional (TI) acaba de publicar un informe sobre el África subsahariana en el que destaca la general desconfianza del personal de a pie hacia sus administraciones. Las cifras se disparan en el caso de Sudáfrica, Ghana y, naturalmente, Nigeria, aunque ningún pueblo supera al de Madagascar en suspicacia. El 90% de los habitantes de la república insular recela de su gobierno. Quizás contribuya el hecho de que se haya volatilizado el 40% del último presupuesto nacional.

El soborno es la práctica delictiva más común dentro de la esfera pública, según el estudio. Los empleados de los niveles más bajos lo demandan sistemáticamente como una forma de incrementar sus magros salarios, mientras que los altos funcionarios reclaman jugosas comisiones y la élite recurre a la malversación desde la impunidad generada por regímenes pseudodemocráticos.

La repercusión es masiva y afecta a todos los segmentos de la población. El estudio de TI señala que al menos el 22% de las personas que estuvieron en contacto con alguna institución pública pasó por caja para evitar que los trámites se paralizaran, lo que supone que 75 millones de usuarios se plegaron a la mordida.

El informe reconoce que la mayoría lo hizo en múltiples ocasiones. La situación resulta más grave en las ciudades que en el ámbito rural; y los pobres tienen el doble de posibilidades de sufrirla que los sectores acomodados.

1.500 policías criminales

Con semejante panorama no se antoja extraño que el 35% confesara que no denunció el abuso por temor a represalias. Los cuerpos policiales y el poder judicial constituyen las dos instituciones donde el cohecho es más frecuente. El 83% de los sudafricanos rechaza los servicios públicos. En el caso de sus fuerzas de seguridad, esta convicción tiene fundamento: hace dos años se descubrió que 1.500 agentes habían sido condenados por crímenes como asesinato, violación o robo, antes de ser contratados.

Las investigaciones de la ONG han descubierto que, además, los africanos han de pagar sobreprecios por la instalación de agua y electricidad y la obtención de documentos oficiales. Ni siquiera la salud se libra de las corruptelas. El informe incluso las vincula con la extensión del ébola. El Auditor General de Sierra Leona reconoció que se habían «gestionado mal» fondos destinados a la lucha contra el ébola y existe la convicción de que la lentitud y debilidad de la respuesta de los gobiernos no resulta ajena a la sustracción de fondos enviados por la Organización Mundial de la Salud y otros donantes privados.

Por volver a Nigeria, el denunciado expolio de los fondos de pensiones o los destinados a subsidios se antojan cuestiones menores ante la certeza de que 60 millones de barriles de crudo por un valor de 13.000 millones de euros desaparecieron entre 2009 y 2012 de las cuentas de la compañía nacional de petróleo. El escándalo fue sonado, pero da igual: el 10% de la producción diaria se sigue desviando hacia mercados ilegales.

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