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Martorell, con ‘peshmergas’ del Partido Democrático del Kurdistán de Irán (PDKI) en Irak. :
Periodista, no terrorista

Periodista, no terrorista

Manuel Martorell, especialista en el pueblo kurdo, se entera de que EE UU le tiene en una lista de criminales cuando preparaba un viaje con su familia a aquel país

ISABEL ibáñez

Sábado, 19 de septiembre 2015, 00:13

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Manuel Martorell se ha topado con un muro infranqueable. Salvando las distancias, como el que se encuentran algunos refugiados sirios, los que con suerte llegan vivos a Europa y se quedan entre estupefactos y temerosos mirando a las cortantes vallas de la frontera húngara. Periodista e historiador especializado en el Kurdistán, ha escrito artículos y libros con los que ha denunciado las masacres sufridas a lo largo de la historia por este pueblo que hoy encabeza la lucha contra el Estado Islámico. Martorell, navarro de 61 años, quería hacer un viaje a EEUU junto a su familia. «Con mi mujer y mis dos hijas, de 19 y 15 años, íbamos a recorrer la Costa Oeste entre finales de junio y principios de julio. Los españoles no necesitan visado, solo una autorización por Internet que me fue denegada. A cambio me ofrecieron una cita en el consulado de EE UU en Madrid». Allí comenzó un viaje muy distinto al que tenía planeado y que terminó con un indeseado destino: el descubrimiento de que su nombre integra una lista de terroristas y la prohibición de poner los pies en aquel país de por vida.

Detalla la absurda situación en un artículo publicado en cuartopoder.es, medio para el que escribe habitualmente: «Una funcionaria consular me explicó que no me podían conceder el visado porque mi nombre y dos apellidos coincidían con los de un ciudadano ecuatoriano con causas pendientes en EE UU. Sorprendido y teniendo en cuenta que el apellido Martorell no es común ni en Cataluña, de donde es originario, le expliqué que se trataba de una confusión, que no había estado en Ecuador, que era un conocido periodista especializado en Oriente Medio... No sirvió de nada; alegó que la orden venía directamente de Washington, me entregó un impreso para que enviara información personal, familiar y profesional y me explicó que se iniciaba una investigación para contrastar la información con la de mi doble ecuatoriano».

Eso hizo Martorell, creyendo que pronto estaría todo solucionado. No fue así y perdió el viaje reservado. Aunque la sorpresa más desagradable estaba por llegar. Fue en forma de carta, recibida el pasado día 2, donde el Departamento de Estado norteamericano le comunicaba que no podrá entrar en aquel país por sus «actividades terroristas». «No se especificaba prosigue el periodista qué informaciones les han llevado a tan aberrante conclusión ni da opción a alegación o recurso, pero no me cabe duda de que está motivada por mi especialización en la cuestión kurda, grave problema internacional sobre el que he escrito durante 30 años cientos de artículos, reportajes, guiones para documentales y libros».

Ayuda pedida al ministro

Tal error podría acarrear problemas serios a Martorell, y no solo en el ejercicio de su profesión: «Podría implicar unas consecuencias difíciles de evaluar debido al seguro trasvase de este tipo de datos entre los servicios de inteligencia de todo el mundo. Es una acusación muy grave, más en estos momentos en los que terrorismo se identifica con yihadismo», señala el periodista, quien, tras recibir la carta, intentó comunicarse en vano con los remitentes para explicarles su «grave error». Ni siquiera se coloca en posiciones antiamericanistas: «Minorías como los kurdos, cristianos, yazidíes... no tienen nada que hacer sin el apoyo internacional. Me gustaría que interviniera mi país, la UE... Pero si no, me da igual que sea EE UU, China o Rusia».

Martorell no deja de dar vueltas a su pasado para encontrar el desencadenante del desatino. Piensa en las relaciones incluso de amistad establecidas a raíz de su profesión con miembros del Partido de los Trabajadores del Kurdistán, el PKK, considerado grupo terrorista por EE UU y la UE: «Aunque eso no quiere decir que me identifique con su línea política ni con su forma de actuar». O en la ayuda que brindó para traducir textos con los que él ni siquiera comulgaba. También en las actividades solidarias que toda su vida ha desarrollado hacia el Kurdistán y otros países y asociaciones... «Siempre me he implicado en situaciones injustas. Cuando ves a indígenas de Guatemala sacando cadáveres arrojados por el ejército a fosas comunes... No puedes quedarte al margen».

Asociaciones de periodistas, sindicalistas y políticos han mostrado su apoyo a Martorell, y hay una petición en Change.org a punto de alcanzar las 500 firmas donde se insta a subsanar el error. Consultada por este periódico, la embajada de EE UU en España dice que no da datos sobre ciudadanos. Por su parte, el Ministerio de Asuntos Exteriores sigue sin dar contestación, no solo a este diario, sino a Martorell, que escribió una carta al ministro García-Margallo donde le pide ayuda. «Si no responde, me dirigiré al Defensor del Pueblo y contactaré con un abogado especializado en estos temas». Pero se muestra pesimista, plantado ante una insalvable pared burocrática. «¿Cómo voy a ir por ahí sabiendo que anda esa información sobre mí? Algo habrá hecho, dirán».

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