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¿Cada cuánto hay que cambiar una sartén?

¿Cada cuánto hay que cambiar una sartén?

Son varios los factores que determinan la durabilidad de estos instrumentos

ideal.es

Domingo, 30 de agosto 2015, 12:34

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Existen varios motivos por los que cada cierto tiempo conviene jubilar las sartenes que se amontonan en los cajones de la cocina y salir a comprar otras nuevas. ¿Cada cuánto? Eso depende. Estos artículos no tienen un promedio de vida estipulado, por eso hay que fijarse cuidadosamente en el estado de conservación en el que se encuentran, ya que un mal uso o mantenimiento puede acarrear consecuencias perjudiciales para la salud cuando es continuado o acabar estropeando el sabor de la comida. También es cierto que hay distintos tipos de sartenes y cada una tiene sus propias particularidades, por lo que resulta más difícil dilucidar cada cuánto tiempo es aconsejable deshacerse de ellas.

En el caso de las sartenes de teflón hay que ser bastante cuidadosos, ya que utilizan un pegamento (PFOA) para adherir el teflón a la sartén que resulta inestable cuando se expone a temperaturas superiores a los 250º C porque se desintegra y acaba liberando sustancias nocivas. Por eso, en cuanto observemos que la sartén está quemada, rayada o se aprecie cualquier tipo de desperfecto, es que ha llegado la hora de decirle adiós. En el caso de las sartenes de aluminio que utilizan una capa antiadherente de teflón sucede exactamente lo mismo.

Eso sí, aunque se habla mucho del teflón, no son las únicas sartenes que hay que vigilar. En cualquier caso, la razón por excelencia para deshacerse de este artículo indispensable en la vida de todo 'cocinitas' es la pérdida de la propiedad antiadherente, ya que sin ella el calor no consigue repartirse de la misma manera por la superficie y los alimentos pueden quedar pegados, con un resultado final nada apetecible. Un ejemplo de ello son las sartenes de cerámica, que son antiadherentes pero pierden dicha capacidad al someterlas a altas temperaturas o por un uso incorrecto.

Por lo general, las que gozan de mejor fama son las que se comercializan como hierro mineral y las de hierro fundido, ya que están preparadas para exponerse a temperaturas muy elevadas y además, con el uso, generan de forma natural la capa antiadherente, por lo que no necesitan de materiales nocivos como el teflón. Aunque comparten características, ambos tipos de sartenes se fabrican empleando distintas técnicas. Por eso, mientras que las primeras se pueden oxidar con el tiempo y terminar por alterar el sabor de las comidas, las segundas no sufren este fenómeno, claro que tienen un precio mucho más elevado. Sí bien es cierto que son las que suelen resultar más duraderas, eso no implica que no haya que conservarlas siguiendo unas pautas.

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