Edición

Borrar
Viernes 31, la noche de la 'Luna azul'. ¿Qué veremos y por qué se llama así?

Viernes 31, la noche de la 'Luna azul'. ¿Qué veremos y por qué se llama así?

Se trata de la segunda luna llena del mes, un fenómeno que no volverá a repetirse hasta 2018, y que tiñe el astro de un color añil

ideal.es

Viernes, 31 de julio 2015, 00:29

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

Este viernes 31 de julio viviremos la denominada 'Luna azul', una circunstancia que se produce cuando en un mismo mes se dan dos lunas llenas, lo que no suele ser habitual, ya que el ciclo lunar dura 29,5 días, por lo que será algo que no vuelva a suceder hasta enero de 2018.

El misterioso 'graffiti' de una luna que sorprende a los científicos

Sin embargo, y aunque ésta ha sido la acepción que más se ha utilizado para el término 'Luna azul', lo cierto es que -originariamente- éste se refiere a cuando se produce dicha reiteración de la fase de luna llena en cuatro ocasiones dentro de una estación (lo normal es tres), cosa que volverá a ocurrir el próximo 21 de mayo, ya en 2016.

La denominación en sí tiene más de anecdótico o folclórico que de científico, ya que comenzó a conocerse así tras la publicación de la revista 'Sky &Telescope', que después fue utilizada a nivel mundial para referirse a este fenómeno.

Los caprichos cromáticos de la Luna

A lo largo de la historia, el astro más cercano a la Tierra ha sido asociado a diversos fenómenos cromáticos, que antiguamente se asociaban al sino de los habitantes de la Tierra o a la acción divina de los seres superiores que gobernaban los destinos de éstos. Mitos que -a lo largo del tiempo- han ido sucumbiendo ante su correspondiente explicación científica.

Así, por ejemplo, además de la 'Luna azul', podemos encontrar también la 'Luna de sangre' o la 'Luna negra', debido a los colores rojizo y muy oscuro -respectivamente del astro durante ciertos momentos de un eclipse.

Es importante destacar que en el caso de la 'Luna azul' no se trata de una referencia a su color o tonalidad, sino más bien a una metáfora o una causa más poética que real, ya que para que la luna adquiera ese color, se debe producir una catástrofe o fenómeno natural de dimensiones muy grandes.

De esta forma se pudo ver en 1883, cuando la nube de cenizas del volcán de Krakatoa (Indonesia) creó una columna de humo que hizo de filtro hasta teñir la luna de azul, según explica la NASA.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios