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'El Rayo' busca su chispa

'El Rayo' busca su chispa

Bolt lucha contra una lesión y la sospecha de que no volveráa batir un récord. Le han prohibido el ron y los nuggets

fernando miñana

Sábado, 18 de julio 2015, 00:15

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Veinticinco personas han corrido los 100 metros este año en menos de diez segundos. Ninguno de ellos es Usain Bolt, el hombre más rápido de todos los tiempos. A falta de 37 días para los Campeonatos del Mundo (del 22 al 30 de agosto en Pekín), la gran cita del año, el mundo observa temeroso la temporada del jamaicano, que apenas ha competido y del que muchos dudan que pueda volver a galopar como aquellas noches en las que el Rayo deslumbró al planeta con sus victorias y sus récords imponentes.

Bolt está ahora literalmente en las manos de uno de esos especialistas con aura de médico milagroso: Hans-Wilhelm Müller-Wohlfahrt, el doctor alemán que le recibe en la clínica que abrió en un edificio gótico del siglo XII en el centro de Múnich. Müller-Wohlfahrt es el galeno que hace unos meses abandonó el Bayern de Múnich tras enemistarse con Pep Guardiola. En su historial figura haber salvado la carrera deportiva de algunas estrellas como Txema Olazabal, Bode Miller o Ronaldo. Y Bolt, claro.

Sin Müller-Wohlfahrt es posible que el plusmarquista mundial de los 100 y los 200 metros no se hubiera coronado como uno de los iconos de los Juegos de Londres. Él cuida de su salud y cada tres meses, como dice Bolt, le obliga a pasar su cuerpo por una meticulosa ITV. Ahora le ha pautado un programa para recuperarse de la lesión que tiene en ascuas a los millones de admiradores del gran showman del tartán. Un bloqueo de la articulación sacroilíaca, que limita su movimiento y que ejerce presión sobre la rodilla y el tobillo, le obligó a tachar algunas competiciones, como las carreras de la Diamond League en París y Lausana, así como los Trials (las pruebas de selección) de Jamaica, en Kingston, donde mandó colocar un tartán azul como el de Berlín. En esta ciudad estableció en 2009 los récords del mundo de 100 (9.58) y 200 metros (19.19) que siguen vigentes seis años después.

Los aficionados cuentan los días que faltan hasta el 24 de julio, la fecha de su reaparición, cuando tiene anunciado correr en Londres, en el estadio olímpico donde espera revivir los días de gloria de los Juegos de 2012 y encontrar en la grada a cientos de ruidosos compatriotas. Allí se analizará con lupa cada una de sus zancadas de dos metros y medio. Y cuando cruce la meta, se dictará sentencia. ¿Estará Bolt en Pekín? Muy pocos dudan de que el dueño de seis medallas de oro olímpicas y ocho mundiales renunciará si no se ve campeón. Una leyenda no se alimenta de plata y bronce.

Antes de ordenar a Ricky Simms un irlandés que le acompaña a todas partes y que es su agente desde 2004 que le diese de baja en los grandes mítines de principio de julio, Bolt había pasado de puntillas por la pista. El pupilo de Glen Mills, su entrenador, no había sido capaz de bajar de los 10.10 en los 100 metros y de 20.10 en los 200. Su marca en el hectómetro (10.12) le coloca en el puesto 60 del ranking mundial del año.

Solo una cerveza

Algunos analistas dudaban de su puesta a punto, aunque es cierto que Bolt, desde que inició su era triunfal en los Juegos de Pekín hace siete años, ha demostrado ser un especialista en alcanzar su plenitud en el momento culminante de la temporada. Y estaba trabajando duro para volar hasta El Nido de Pekín. Un endocrino se había puesto estricto con él y le había obligado a abandonar durante unos meses su caótica alimentación. Se acabaron los nuggets y el ron. Y siempre había alguien en casa pendiente de que no se saltara la norma. Y por la noche, descanso. Nada de música y bailes. Aunque aún se abre una Guinness o una Heineken. «Que un hombre siempre puede darse una alegría, ¿no?», bromea el simpático velocista caribeño.

Aunque los problemas de Bolt no acaban en sus 28 años cumplirá 29 la víspera del Mundial y una articulación bloqueada. En el camino del campeón se ha cruzado este año Justin Gatlin, el atleta del que todo el mundo sospecha por su infausto pasado. Nadie puede creerse que con 33 años sea capaz de correr más rápido incluso que en los tiempos que acabaron con una sanción de cuatro años tras dar positivo por testosterona. El estadounidense ya ha bajado tres veces de los 9.80 en los 100 metros y avanza decidido a por la corona de Bolt. Y hasta la Biblia del atletismo, la revista estadounidense Track and Field, da a Gatlin como favorito en los 100 metros.

Una derrota o una renuncia en Pekín trastocaría sus planes. Bolt ansía tres medallas de oro en el Mundial, otras tres el próximo año en los Juegos de Río, donde llevará una cámara detrás a diario para grabar un documental sobre su última experiencia olímpica, y despedirse en 2017 corriendo solo los 100 metros en el Mundial de Londres. ¿Tendrá cuerda para tanto? Él solo piensa en ir paso a paso. En Standford, el próximo 24, espera bajar al fin de los diez segundos. Un reto menor. Si este año, por primera vez en la historia, ya lo ha conseguido hasta un velocista chino...

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