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Cómo hacerse un selfie y no morir en el intento

Cómo hacerse un selfie y no morir en el intento

Diez rusos han fallecido en lo que va de año al buscar la foto más arriesgada

María Eugenia Alonso

Domingo, 12 de julio 2015, 07:49

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En Rusia, tomarse selfies se ha convertido en una actividad de alto riesgo. En lo que va de año, diez personas han perdido la vida y un centenar han resultado heridas tratando de sacarse esa foto en la situación más improbable y arriesgada de la que poder presumir después en Facebook o Twitter. Fue el caso de un siberiano borracho que se precipitó mortalmente desde una estatua de Lenin al tratar de fotografiarse con el líder comunista.

La peligrosa moda ha obligado al Ministerio de Asuntos Interiores de la Federación Rusa a lanzar una campaña para concienciar a los ciudadanos de la necesidad de utilizar el sentido común y no autorretratarse cerca de tigres, ni encaramado a un poste eléctrico o sobre las vías del tren cuando está a punto de pasar.

"Con la aparición de nuevas tecnologías con las que ni soñábamos de niños, no solo se hacen realidad nuevas oportunidades, sino que también surgen amenazas. Últimamente, hemos registrado un aumento de accidentes trágicos entre los aficionados a los 'selfies'. La genta busca nuevos lugares y posturas para sacar fotos, olvidando que se pueden hacer buenas instantáneas en un ambiente más tranquilo", asegura la asistente del ministro del Interior ruso, Yelena Alexéyeva.

Para ello, el Gobierno de Putin ha elaborado una guía -bajo el título 'Ningún millón de 'likes' cuesta una vida humana'- en la que se recogen las recomendaciones para hacerse la foto más segura y, lo que es más importante, poder vivir para contarlo.

El 4 de julio una joven rusa murió al caer desde un puente cerca del distrito financiero de Moscú mientras trataba de hacerse una fotografía. En San Petersburgo, Xenia Ignatyeva, de 17 años, cayó de un puente cuando intentaba hacerse un selfie en 2014. En mayo de este año una moscovita trató de sacarse una foto posando con una pistola y sufrió una herida mortal en la cabeza. Poco después, dos jóvenes perdían la vida en los Montes Urales al tirar de la anilla de la granada de mano con la que estaban posando. El único superviviente fue el teléfono, que capturó el trágico suceso.

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