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El 'murciélago humano' que 've' a través de su ecolocación

El 'murciélago humano' que 've' a través de su ecolocación

La lengua de Brian Borowski produce un chasquido rítmico (hasta tres veces por segundo) al chocar con el paladar que le permite analizar el rebote del sonido con todos los objetos que le rodean. Además, mueve la cabeza rápidamente justo después de chasquear para recoger los ecos

IDEAL GENTE

Miércoles, 20 de mayo 2015, 13:08

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La historia Brian Borowski es la de un hombre poco corriente. Por no decir único. Este canadiense, como su hermano, nació ciego por una condición genética. Sin embargo, asegura que puede 'ver' con el oído gracias a la ecolocación.

Fue en 1960 mientras Brian y su hermano David estaban jugando al escondite en el jardín de su nueva granja al suroeste de Ontario cuando se dio cuenta de lo que podía llegar a hacer. Mientras su padre colocaba unas estacas metálicas para delimitar bien el perímetro de la parcela donde podían jugar sin vigilancia, él se percató de que el sonido metálico del martillo golpeando las estacas rebotaba muy bien en la fachada de la casa, excepto cuando su hermano se colocaba entre medias.

Entonces comprendió que el oído era su instrumento más valioso, hasta el punto de que podía localizarle escuchando el rebote del sonido del martillo en su cuerpo. ¿Cómo es posible? La neuroplasticidad del cerebro permite el desarrollo de la habilidad con mucha práctica y él, a sus 56 años ya ha desarrollado un método que le da una autonomía completa.

Si ir más lejos, su lengua produce un chasquido rítmico (hasta tres veces por segundo) al chocar con el paladar que le permite analizar el rebote del sonido con todos los objetos que le rodean. Además, mueve la cabeza rápidamente justo después de chasquear para recoger los ecos. En consecuencia, a mayor distancia más tiempo del eco de rebote, igual que hace el biosonar de un murciélago, delfines o de algunas ballenas. Por si fuera poco, almacena rápidamente los estímulos devueltos para hacerse un mapa mental del entorno cercano.

Si bien él rápidamente empezó a perfeccionar su sitema, los profesores le impedían chasquear la lengua. Él, en cambio, seguía a lo suyo, hasta el punto de que aprendió a utilizar otros sonidos para ecolocalizar. La suela de sus zapatos, el sonido de otros niños al hablar, chasquear los dedos, informa Antena 3.

Brian dice ahora que ha perdido oído, pero asegura que utiliza el ruido de los golpes del bastón o unas monedas en el bolsillo como ayuda para su biosonar.

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