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Uno de los linces puestos en libertad en Mazarambroz (Toledo) hace dos semanas.
Kodiak ya es mamá

Kodiak ya es mamá

Tras un negro 2014, el nacimiento de dos linces ibéricos da esperanzas a la especie

Daniel Roldán

Domingo, 10 de mayo 2015, 07:43

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Kodiak comenzó a mostrarse rara a partir de febrero, lo que levantó las sospechas de sus observadores. La zona en la que vive le gusta. Reúne todas las condiciones que una lince de su edad, dos años, necesita para sentirse cómoda. El clima, duro, no le molesta y su alimento principal, el conejo, nunca falta. Tampoco es que estuviera sola. En el extremeño valle de Matachel, donde vive, hay otras cuatro compañeras y seis machos. Los responsables de Life Iberlince, que siguen como si fuera un reality televisivo a todos los felinos nacidos en cautividad gracias a un collar de GPS, vigilaron con especial atención a Kodiak.

Hasta que descubrieron que estaba embarazada. Toda una sorpresa. Solo tiene dos años y es inhabitual que estén preñadas a esa edad. La semana pasada se desveló que había tenido dos crías, que se sepa. Porque las linces pueden tener hasta cuatro, según señalan desde Life Iberlince, aunque lo más probable es que no haya más en la madriguera. "Es una noticia estupenda. Además, ha sido en un plazo muy breve. Se soltaron en junio y en menos de un año ya están criando", explica Ramón Pérez de Ayala, de WWF. Es el primer nacimiento en libertad de unos linces criados en cautividad fuera de Andalucía. "Es una nueva muestra del éxito del programa de cría en cautividad, que desde que empezó a funcionar va cumpliendo los objetivos, como tener un stock de linces en cautividad suficientes, reintroducciones en el ámbito natural y las reproducciones", añade Theo Oberhuber, de Ecologistas en Acción.

De las últimas sueltas que se han realizado en Extremadura, Andalucía y Castilla-La Mancha, los investigadores han detectado que los linces "han estado emparejando y copulando", lo que son indicios de que si no pasa nada extraño, en lo que resta de 2015, el año próximo por estas fechas se producirán más nacimientos, ya que su época de celo se sitúa entre enero y febrero con una gestación de entre 65 y 71 días.

"En la zona de los Montes de Toledo se empezaron a soltar ejemplares un poco tarde para la reproducción. Fue a finales del invierno de 2014 y estaba el tiempo muy justo para que los animales estuvieran perfectamente asentados en al zona. En Ciudad Real, se hicieron sueltas duras sin aclimatación porque era una zona donde había estado el lince y también era demasiado pronto. Esperamos que el año próximo críen", añade el responsable de WWF.

Estos nacimientos representan la primera alegría para los conservacionistas después de un 2014 negro por la muerte de ejemplares: fallecieron 27 por causas no naturales; de ellos, 20 por atropello, según destaca WWF. Y algunas muertes se produjeron por una mala planificación en la reintroducción de los animales, sobre todo en Castilla-La Mancha. Cuatro de los ocho ejemplares soltados en esta comunidad tras ser criados en cautividad fallecieron el año pasado: Kala, por un golpe en la cabeza; Kenitra, por el disparo de un cazador; Kairos, por un lazo de caza, y Kivu, por el ataque de otro macho de su especie.

"Eran necesarias medidas previas para asegurar que los linces encontrase el hábitat adecuado. No se ha actuado de manera eficaz para acabar con la mortalidad de las especies", asevera Oberhuber, quien destaca que los linces son capaces de cubrir 25 kilómetros en una jornada. Por ejemplo, los vigilantes se sorprendieron de que dos ejemplares se marcharan de Toledo para darse una vuelta por la Comunidad de Madrid y Extremadura antes de regresar a tierras manchegas.

Falta de medidas

Además de los venenos, cepos y lazos usadas en las actividades cinegéticas, el otro gran problema para la supervivencia de la especie son los atropellos, sobre todo en la zona de Doñana. Las organizaciones ecológicas han denunciado la inacción de la Junta de Andalucía para acabar con esta situación. "Nosotros propusimos medidas hace ya dos años. Pero, ¿dónde está el dinero? ¿Cuándo se va a hacer?", se pregunta Pérez de Ayala.

Unas propuestas "sencillas" de realizar, como el vallado de diferentes zonas, desbrozar las márgenes de las carreteras para que el lince vea el coche y eliminar los refugios tanto a los conejos y a los linces; habilitar más zonas de agua o crear un paso para estos felinos entre los puntos kilométricos 305 y 310 de la A-4, donde en los últimos años han muerto nueve ejemplares. Unas medidas que no costarían más de seis millones de euros.

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