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Un estudio revela que dormir mal engorda

Un estudio revela que dormir mal engorda

La falta de sueño tiene una grave repercusión en el mecanismo de digestión de alimentos y de quema de grasas

IDEAL GENTE

Lunes, 30 de marzo 2015, 11:30

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La cantidad y calidad del sueño señalaban que tenían una cierta relación con la propensión a engordar, aunque las causas exactas aun no estaban delimitadas. Ahora, un nuevo estudio, dirigido por Hengyi Rao, profesor de la Universidad de Pensilvania ha sugerido que la falta de sueño provoca un cambio en la actividad cerebral que empuja al usuario a consumir más grasas.

Un área del cerebro es la responsable de este acto, llamada red de asignación de relevancia, esta se encarga de guiarnos en los procesos de toma de las personas. El doctor y su equipo han observado cómo la red cambia de respuesta a la pérdida del sueño, con esto pueden predecir con exactitud cuando aumenta el apetito de las personas.

Su estudio ha sido publicado en la revista Scientifc Reports, y en él se demuestra la relación que hay en una determinada área del cerebro con la falta de sueño y el aumento del apetito. El grupo de científicos trabajaron con 46 individuos sanos de 21 y 50 años, que estaban sanos. Estos sujetos pasaron cinco días en el laboratorio de Rao. En la primera noche los participantes durmieron 9 horas y los científicos escanearon sus cerebros a la mañana siguiente para registrar la actividad. Después, de este experimento, 34 de los participantes fueron seleccionados para formar parte de el grupo privado de sueño, así que se mantuvieron despiertos toda la noche (el otro grupo descansó ocho horas).

Por otro lado, a los participantes, el segundo día se les permitió moverse, leer, ver la televisión o comer lo que quisieran. Los participantes que no durmieron la noche anterior consumieron 950 calorías extra y el consumo al día siguiente con los del otro grupo fue parecido. Aunque la diferencia radicó en el tipo de nutrientes que escogieron, por el ejemplo, las personas que no habían dormido registraron una actividad mucho mayor en la red de asignación de relevancia y consumieron muchas más grasas y muchos menos carbohidratos que los que sí habían descansado esa noche.

Este estudio ha explorado en profundidad los efectos del apetito y las elecciones alimenticias, después de una noche sin dormir, por tanto, se recomienda a personas que trabajan de noche, como los militares, los transportistas, los bomberos o el personal médico, deben tener cuidado con sus dietas, ya que pueden verse alteradas debido a los cambios cerebrales que provoca la falta de sueño.

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