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El corredor guipuzcoano Julen Madina en la bajada al callejón el 9 de julio de 2006 en la cara de la manada. ::
Encierros para ejecutivos

Encierros para ejecutivos

Tras 40 años de carreras y cinco cornadas, Julen Madina imparte talleres de ‘coaching’ para enseñar a tomar decisiones bajo presión

francisco apaolaza

Martes, 10 de marzo 2015, 00:09

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Entre el segundo y el tercer cántico, debajo de la hornacina de San Fermín en la Cuesta de Santo Domingo, se cruzan vistazos blancos, lívidos. Miran sin ver. Los dedos resbalan unos contra otros sobre una finísima capa de sudor helado y la boca se seca. Allí abajo, en ese recorrido de 865 metros no hay aire suficiente. Todos, hasta los más experimentados, se preguntan qué demonios hacen allí. Incluso Julen Madina, que tiene 60 años, que lleva cuarenta en ese glorioso infierno, que lo ha visto todo. Incluso esa cabeza calva que ha sido un símbolo en el mundo entero llega a cuestionarse el fenomenal viaje que le espera. «Ese momento es la cumbre de la ansiedad. Vives unas sensaciones de estrés y de miedo que son límite». Después, cada cual se sobrepone al momento con mayor o menor suerte.

Para muchos, como Madina, ese riesgo real es una verdad incontestable y una lección para los otros 357 días del año. Una metáfora de la vida. Para hacer una buena carrera hay que tomar decisiones en centésimas de segundo y toda esa experiencia le sirve ahora para enseñar a ejecutivos de empresas a controlar el miedo, a no perder los papeles.

Los profesores

  • Julen Madina. Nacido en la localidad guipuzcoana de Hernani hace 60 años, lleva más de 40 en la calle. Es uno de los corredores más reconocidos y a la vez más criticados por parte del encierro debido a su protagonismo.

  • Emmanuel de Marichalar. Corredor francés en la Estafeta. Es uno de los mayores expertos en festejos populares de España y autor de varias publicaciones.

«El miedo físico que sientes antes de ponerte delante de un toro es de la misma naturaleza que el resto de los miedos del día a día. Cuando vas a una reunión para cerrar un contrato importante y de pronto ves que en la M30 hay un atasco enorme y crees que no llegas, sientes ese temor. Es lo mismo», explica Madina, que el resto del año trabaja como profesor de educación física, de metodología y de artes marciales. En esos tiempos lejos del encierro llevaba dándole vueltas a una aplicación de toda esa experiencia, y entonces puso en marcha este proyecto junto al corredor, periodista y experto francés en el encierro Emmanuel de Marichalar, autor del libro Le souffle dans le dos (El aliento en la espalda).

Los valores de la calle

Hace dos años comenzaron a definir su taller de Team Building, una rama del coaching que usa diversas actividades y disciplinas para desarrollar habilidades en ejecutivos y trabajadores de empresas. En este caso, la lección estaba clara. Si se consigue mantener la calma, no entrar en pánico y llevar junto a otros a un toro hasta la plaza, si funciona la maquinaria (perfecta y aparentemente caótica) de decenas de mozos conduciendo una manada hasta el ruedo, la lección podía aplicarse a otros campos. «En el encierro hay valores muy importantes que pueden trasladarse al área de la empresa», explica Marichalar, que sigue corriendo en la calle Estafeta. Sus primeros 43 alumnos han salido del departamento de marketing de la compañía de licores Pernod Ricard. Ahora tienen representantes en España, Francia, Estados Unidos y América Latina para extender la práctica.

Los talleres comienzan con una explicación teórica sobre lo que es el encierro. Después, en una segunda parte simulan las condiciones de la carrera. Aquí, los alumnos tienen que ponerse las zapatillas. «Recreamos conscientemente situaciones de estrés». Hay un recorrido y las personas corren una a una delante de toros de carretón manejados por personas. Después, añaden al recorrido obstáculos móviles y finalmente, por grupos, en la parte más parecida al encierro. «Filmamos todo y después analizamos sus reacciones y sus decisiones. Si han acertado, si se han equivocado». Si por ejemplo dejan que el toro se les acerque en carrera, si se retiran en el momento adecuado, o demasiado pronto o demasiado tarde, todo eso queda grabado. «En el encierro o en una negociación, sobrestimar las capacidades de uno mismo puede ser desastroso», admite Madina.

Después, los alumnos ven y discuten sobre la película Encierro 3D en la que varios corredores explican sus motivos íntimos para enfrentarse a la carrera en esas ocho mañanas de julio. Por último, ofrecen la posibilidad de que los asistentes prueben su valor con becerras con las que sientan el miedo... aunque sin jugarse la vida.

«Lo que buscamos es cambiar la secuencia de inseguridad-duda-decisiones incorrectas-fracaso por seguridad-certeza-toma correcta de decisiones-consecución de objetivos», detalla Madina. Ese éxito no siempre llega. Al veterano corredor se le cruzaron las cosas el 12 de julio de 2004 a las ocho y dos minutos de la mañana, cuando un Jandilla lo zarandeó y corneó durante una eternidad de veintidós segundos en la oscuridad del callejón de la plaza de toros de Pamplona. «Yo bajaba al callejón cuando vi un montón que se estaba formando a la izquierda, así que me tiré a la derecha. Después de ese montón había otro y caí en él. El toro comenzó a cornearme e intenté quedarme quieto, pensando que con tantos estímulos, me dejaría. No fue así».

No pensó en dejar el encierro. «Reflexioné mucho sobre lo ocurrido y me di cuenta de que no me había equivocado. A veces, aunque tomes las decisiones correctas, no se consiguen los objetivos».

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