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Oso pardo.
Los grandes carnívoros vuelven a los montes europeos

Los grandes carnívoros vuelven a los montes europeos

Investigadores de las universidades de Oviedo y Sueca de Ciencias Agrarias constatan el incremento de las poblaciones de oso pardo, el lince euroasiático, el lobo y el glotón

José Luis Álvarez

Jueves, 18 de diciembre 2014, 22:37

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Las poblaciones de oso pardo, lince, lobo y glotón se encuentran en proceso de recuperación en las últimas décadas tras haber sido exterminadas de la mayor parte de Europa a mediados del siglo XX y prueban el éxito del modelo de coexistencia europeo. Esta es la principal conclusión de un estudio a la que han llegado un equipo de 76 investigadores de 26 países, que han plasmado en un trabajo publicado en la revista Sciencie, bajo la dirección del profesor Guillaume Chapron de la Universidad Sueca de Ciencias Agrarias y José Vicente López-Bao, investigador de la Universidad de Oviedo (Unidad Mixta de Investigación en Biodiversidad-CSIC). Europa, es un ejemplo excelente que muestra como hombres y grandes carnívoros pueden compartir el mismo paisaje, comenta José Vicente López-Bao.

El estudio confronta el modelo conservacionista europeo, centrado en la coexistencia, con el modelo implementado en otras partes del planeta donde los grandes carnívoros son principalmente conservados en grandes áreas protegidas o en medios salvajes, alejados del hombre. Si en Europa se hubiera perseguido dicho modelo, difícilmente el continente podría albergar las poblaciones actuales de grandes carnívoros ya que no existen grandes áreas protegidas o áreas salvajes. Algunos de los factores que han contribuido a la recuperación de estos grandes carnívoros en Europa son la existencia de una legislación en materia de conservación favorable, tanto a nivel nacional como internacional, donde la Directiva Hábitats, implementada en 1992, ha jugado un papel fundamental, la existencia de instituciones solidas destinadas a la gestión y protección de la naturaleza, el estado de derecho y el largo periodo de estabilidad política vivido desde la II Guerra Mundial, y la voluntad general de la sociedad para coexistir con estas especies; además del abandono rural y el aumento de presas silvestres, explica José Vicente López-Bao.

Además, el mantenimiento de prácticas tradicionales como el uso de perros pastores, cercados y la figura del pastor, así como nuevas técnicas como cercados eléctricos, han sido importantes para reducir el nivel de conflicto en muchas áreas de Europa y favorecer la coexistencia, apunta el investigador español.

El modelo de conservación aplicado en Europa ha permitido, por ejemplo, que el continente albergue hoy más del doble de lobos (más 12.400) que los estados contiguos de EEUU (unos 5.500) a pesar de que el viejo continente ocupa la mitad de territorio y tiene más del doble de densidad de población (97 habitantes/km2 contra 40 habitantes/km2 ).

No obstante, los investigadores también advierten de que muchos de los conflictos que en su día provocaron el declive de estas especies, como los ataques al ganado, siguen aún presentes, siendo particularmente importante en aquellas zonas donde los grandes carnívoros han estado ausentes durante varias décadas y posteriormente han recolonizado estas áreas, ya que en muchos casos se han perdido aquellas prácticas tradicionales que favorecían la coexistencia. Además, en ocasiones, los grandes carnívoros como el lobo se han utilizado como símbolo de profundas divisiones políticas y sociales entre áreas rurales y urbanas. Por ello, los expertos recomiendan una monitorización constante tanto de la situación ecológica, como del clima político y social alrededor de estas especies que permita asegurar el mantenimiento de la actual recuperación observada.

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