El insólito caso de Nicolás Gómez, el falso amigo de Felipe VI, asesor de Aznar y chantajista del Ibex

Este pasado martes la Policía procedió a la detención de Francisco Nicolás Gómez Iglesias, un joven de 20 años al cual se le acusa de estafa, falsedad y usurpación de identidad. Según ha desvelado el portal digital El Confidencial, el joven había desarrollado durante los últimos tiempos una carrera delictiva que le permitió acceder a actos como la propia coronación de Felipe VI, además de reuniones con empresarios del Ibex-35.

Gómez Iglesias se encontraba cursando una carrera en el reconocido Centro Universitario de Estudios Financieros, mientras que de forma paralela llevaba a cabo una vida rodeada de lujo e influencias. Según la información del diario, el acusado se presentaba ante empresarios y políticos definiéndose como un alto cargo bien relacionado. Así, se hizo pasar por dirigente del Partido Popular, de la Oficina Económica de la Moncloa, de la Vicepresidencia del Gobierno, del gabinete de varios ministerios y hasta por la dirección general de la Policía, Guardia Civil y el Centro Nacional de Inteligencia (CNI).

Tras sobrepasar la barrera de la presentación, este joven prometía a sus víctimas la participación en inversiones y operaciones inmobiliarias en España y el extranjero, todas ellas fundamentadas en sus buenas relaciones con las altas esferas. Para corroborarlo siempre mostraba fotografías con miembros reconocidos entre la sociedad como el propio José María Aznar, Esperanza Aguirre o con Felipe VI durante la coronación de este como monarca. Una imagen que fue captada por un fotógrafo y en la cual se mostraba sonriente mientras procedía a la reverencia.

Coches de lujo, fotografías con las altas esferas y un traje bien engalanado parecía suficiente para que Francisco Nicolás tuviese acceso a cualquier círculo.

Chantaje

Las investigaciones aseguran que contactó con Cristóbal Martell, abogado de la familia Pujol, e identificándose como enviado del CNI y de la Vicepresidencia del Gobierno, exigió dinero a cambio de gestionar la mejora de la situación judicial de Jordi Pujol.

Además, empresas como OHL y Acciona también fueron víctimas de Gómez Iglesias, quien exigió el pago de comisiones para permitir el desbloqueo de negocios e inversiones. El presunto estafador no dudaba incluso en mostrar la firma del subsecretario de la Presidencia, Jaime Pérez Renovales, cuando quería dar un argumento de credibilidad. El problema es que era falsificada.

Pero sus propios errores hicieron más sencillo el trabajo a la Policía. Durante el pasado verano, en la localidad lucense de Ribadeo hizo correr el rumor de que Felipe VI asistiría a comer a un conocido restaurante situado en la zona portuaria. La noticia caló hasta tal punto que movilizó a la Policía y la Guardia Civil y hasta al alcalde de la localidad que se personó en el restaurante para saludar al Rey, pero este no apareció.

El único que estaba sentado en la mesa era Gómez Iglesias. Con posterioridad trató de colarse en una fiesta que organizaba la embajada norteamericana sin conseguirlo y tampoco consiguió llegar a los responsables de la Casa del Rey. Ahora se enfrenta a un cargo de usurpación de identidad, falsedad y estafa.