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El Papa Francisco.
El Papa propone el primer paso para alcanzar la felicidad: «Vive y deja vivir»

El Papa propone el primer paso para alcanzar la felicidad: «Vive y deja vivir»

El Pontífice invita en una entrevista a las familias a no tener la televisión encendida cuando se come, porque a veces, el consumismo llega a devorar el tiempo que se podría compartir

EUROPA PRESS

Lunes, 28 de julio 2014, 09:24

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El Papa Francisco ha invitado a las familias a pasar más tiempo juntas y a tener por lema 'Viví y dejá vivir' (Vive y deja vivir) como primer paso para alcanzar la paz y la felicidad, en una entrevista concedida a la revista 'Viva' del diario argentino Clarín, recogida por el diario italiano 'La Stampa'. Entre otros consejos, el Pontífice invita a las familias a no tener la televisión encendida cuando se come, porque a veces, el consumismo llega a devorar el tiempo que se podría compartir. También habla sobre las guerras y lamenta que sus constantes llamamientos por la paz no han sido suficientes.

Preguntado por lo que haría si ganara el Nobel de la Paz, Francisco asegura que nunca había pretendido recibir doctorados o premios. "Ni se me ocurre pensar en el Nobel, pero la paz es el lenguaje que hay que hablar", precisa. En cuanto al problema de la migración, Francisco compara "la situación de los menores que pasan por Centroamérica y México a los Estados Unidos" con "los barcones que llegan a las costas sicilianas, calabresas", porque ahora "los traficantes de la migración están llevando chicos solos". Según explica, sus padres les envían a amigos de allá porque no pueden ser expulsados, pero "se rompe el vínculo". "Es durísimo", subraya.

Además, cuenta que siempre lleva consigo, en un bolsillo, la medalla del Sagrado Corazón que le dio la señora que trabajaba con su familia cuando él era un niño: una viuda siciliana que emigró tras la muerte de su marido. "Era una señora que ayudaba a mi mamá a lavar la ropa, cuando no había lavarropas, con la tabla, a mano. Eramos cinco nosotros, mamá sola, y esta señora venía tres veces por semana a ayudarla", explica Francisco. Pocos días antes de morir, según cuenta Bergoglio, la mujer se sacó esta medalla y se la regaló. "Murió feliz, con una sonrisa, con la dignidad de quien trabajó. Es por eso que tengo mucho cariño a la mujer que ayuda, a las empleadas domésticas, que tienen que tener todos los derechos sociales", remarca.

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