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Telesila Stadium.

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Telesila Stadium.

Poleas destruidas y toneladas de cable en la nieve

El temporal se cebó con los remontes de Sierra Nevada

ALEJANDRO MOLINA

SIERRA NEVADA

Jueves, 22 de marzo 2018, 03:46

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Los remontes de Sierra Nevada han sufrido especialmente los efectos del temporale de frío y nieve que ha azotado la estación durante el mes de marzo. La puesta a punto está siendo un trabajo arduo en el que se han tenido que reemplazar muchas de sus piezas. Un total de sesenta y una poleas han tenido que ser sustituidas en los telesillas Veleta, Monachil, Laguna, Stadium y Virgen de las Nieves. El Telecabina Al Ándalus ha necesitado cambiar tres y el Borreguiles dos, lo que suma un total de 66 en toda la estación. Las poleas son una pieza clave en un remonte, pues el cable que soporta las sillas o las cabinas pasa por debajo y por encima de ellas, soportando toneladas de peso. Las sillas tampoco han salido muy bien paradas, pues los efectos del hielo y el viento son nefastos. Treinta y seis han tenido que ser reparadas y otras muchas directamente sustituidas.

Por increíble que parezca el cable de algunos telesillas cayó al suelo vencido por un peso que aumento en toneladas al soportar el denominado ‘manguito’, que es la capa de hielo que se forma a lo largo. En los casos de los telesillas Monachil, Virgen de las Nieves, Stadium, Veleta II y Laguna el cable cayó al suelo durante los días de cierre, en los que el viento superó de largo los cien kilómetros hora en esas cotas. A la lista de daños hay que sumar la rotura de cinco anemómetros en diferentes remontes así como en las puertas de las alfombras que hay en la zona de principiantes.

Los trabajos de reparación así como la retirada a martillazos de la tremenda capa de hielo que se creó en todos los medios y edificaciones del área de pistas han provocado, entre otras cosas, que muchas zonas hayan permanecido cerradas durante muchos días. La Laguna sigue sin poder abrirse al público pero su apertura parece inminente. Este jueves ya se han podido abrir más de ochenta kilómetros con espesores que van desde los dos a los cuatro metros.

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