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Bar León es un cláico en estas fechas.
6 lugares granadinos imprescindibles para comer en Semana Santa

6 lugares granadinos imprescindibles para comer en Semana Santa

Salir a ver cofradías conlleva hacer parada para paladear un helado, degustar unas torrijas o alimentar el estómago con un bocadillo o ración

Fernando Argüelles

Sábado, 8 de abril 2017, 02:19

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La Semana Santa es época rica en costumbres y ritos. Pocas fechas hay en el año que logren aglutinar tantas tradiciones como estos días de la Pasión. De padres a hijos, generación tras generación, se van transmitiendo hábitos que van desde pertenecer a la nómina de hermanos de una cofradía hasta preparar en la cocina guisos en los que el bacalao y los garbanzos son elementos casi imprescindibles. Y es que la tradición de la Semana Santa llega también al mundo de los fogones y a la hostelería. La Semana Santa invita a salir, y en la calle el encuentro con la gastronomía es tan propio como el de los tambores, las cruces de guía y el incienso.

Precisamente, uniendo gastronomía y Semana Santa, la ciudad cuenta con varios establecimientos denominados bares cofrades. Se trata de locales en los que todo lo referido a las hermandades cobra protagonismo, ya sea en elementos decorativos o en los temas de conversación de sus parroquianos. Una cerveza fresquita, una buena tapa y un rato de tertulia sobre pasos es el mejor aliciente para muchos y motivo de curiosidad para otros tantos. En el centro de la ciudad, o barrios como el Zaidín, podemos encontrar este tipo de negocios.

Las pastelerías también llenan estos días sus escaparates de dulces que hablan de la Semana Santa y entre los que las torrijas se llevan la palma. La tradición repostera de los días de Pasión es ampliamente conocida por todos, siendo los roscos, pestiños o leche frita productos casi indispensables. No faltan en las estanterías nazarenos de caramelo para locura de los más pequeños.

Con la llegada de la Semana Santa muchas cocinas siguen recordando platos típicos de Pascua y vigilia. La gastronomía ligada a la Semana Santa está condicionada por la práctica de la abstinencia, que prohibía consumir carnes.

Aunque el mandato eclesiástico ha quedado suavizado, todavía la costumbre tiene mucho peso y hace que la Semana Santa esté para comérsela.

Bar León

Tapas entre carteles de toda España

Todo aquel que cruce estos días las puertas del Bar León podrá realizar un viaje por las Semanas Santas de media España, mientras da cuenta de una cerveza con su correspondiente tapa. Y es que este establecimiento situado junto a Plaza Nueva, en la calle Pan, tiene la costumbre de convertirse en toda una exposición de carteles cofrades, no sólo de Granada sino también de fuera.

Los hermanos León-Guerra han convertido su histórico establecimiento en punto de encuentro para cofrades durante todo el año y, especialmente, durante la Cuaresma y días de Semana Santa. En su carta podemos encontrar propuestas para todos los gustos y necesidades: desde los que quieran tapear de un modo rápido, los que prefieran disfrutar de los platos de cocina casera que salen de sus fogones o los que busquen mesa y mantel para descansar del ajetreo de la calle y recobrar fuerzas. Entre las recomendaciones que los responsables del establecimiento hacen para estos días se encuentran platos muy variados que van desde su popular paella a carne de caza. Todo exquisito.

En este bar, incluso, no faltan apetitosos desayunos. Todo un clásico es el compuesto de lomo plancha, papas lo pobre, jamón y huevo frito. Eso sí, con un toque cuaresmal. Sin lugar a dudas, lo mejor para coger fuerzas para encarar las procesiones. Sabor a Semana Santa, buena cocina y hasta olor a incienso es lo que estos días pueden percibir todos aquellos visitantes de este mítico bar de Granada, un local con solera que con Joaquín y su familia al mando lleva sirviendo tapas y comidas a varias generaciones de granadinos.

El Rincón del Cofrade

Gastronomía, cornetas y sevillanas

En este establecimiento, situado en la calle San Marcos (junto a San Antón), es Semana Santa todo el año. Colgando de sus paredes y techos podemos encontrar la variedad más grande de elementos relacionados con el mundo de las cofradías: carteles, fotografías, medallas, imágenes de dolorosas de pequeño tamaño, costales No faltan tampoco recuerdos del Rocío y del mundo de los toros, todo ello mezclado con incensarios, pantallas donde se proyectan continuamente vídeos de hermandades y el rico olor que sale de la cocina del establecimiento que regenta Vicente del Paso.

Más de treinta años lleva ya con sus puertas abiertas, habiendo conocido diferentes localizaciones. Durante estos días de Semana Santa, y dado su céntrico emplazamiento, sus mesas y barra se llenan de numerosos cofrades cuando las cofradías van recogiéndose en sus templos, formándose interesantes tertulias de balance del día. Y todo ello, mientras se degusta las excelencias que salen de su cocina, en la que las tapas y raciones son protagonistas. Entre sus propuestas gastronómicas hay platos que gozan de gran popularidad, como el lomo que te como o las alitas de pollo. No faltan tampoco otras raciones como las gambas o sus famosas croquetas. Una anécdota, con famoso incluido: el cantante José Luis Figueroa El Barrio es todo un entregado a estas croquetas que prepara magistralmente Vicente, por lo que cada vez que pasa por Granada no duda en acudir al Rincón del Cofrade y él mismo entra en cocina a servirse tan rico manjar.

Una vez que pasa la Semana Santa el bar se llena de aires rocieros y música de sevillanas. Además, uno de los atractivos que tiene durante todo el año y que sorprende a muchos de sus nuevos clientes, es que a las doce en punto de la noche se apagan las luces del local, se encienden velas y todos cantan la salve rociera. Fervor, devoción y tradición conviven, a partes iguales, con las cervezas fresquitas, los platos de lomo o las berenjenas fritas.

Bodegas Castañeda

Un alto en el camino procesional

La Semana Santa invita a salir, a recorrer la ciudad en busca de los pasos procesionales, el olor a incienso y el sonido de cornetas. Son muchas horas en la calle alimentando los sentidos y las emociones. Pero, lógicamente, también se hace necesario alimentar el estómago y, para eso, Granada es especialista. Raro es encontrar una calle que no tenga un bar, sobre todo en la zona centro, escenario principal de las procesiones en los próximos días.

Un claro ejemplo es Bodegas Castañeda, entre Gran Vía y calle Elvira. El establecimiento regentado por José Torres puede presumir todo el año de contar con una numerosa y fiel clientela, pero estos días de Semana Santa su mostrador se queda insuficiente para atender a todos aqullos que desean probar las exquisiteces gastronómicas que salen de su cocina, tanto en platos fríos como calientes. Sus tablas de embutidos, por ejemplo, son celebradas por todos aquellos que las prueban. Para muchos granadinos y visitantes, que siguen el ejemplo local, la costumbre estos días es acompañar cada cofradía con su respectiva parada en un bar, siendo Bodegas Castañeda una apuesta segura en la lista de locales de la mayoría. Sólo es necesario aguardar un poco de cola en algunos momentos, pero luego nuestro estómago y paladar lo agradecen sobradamente.

Bar Aliatar

Bocadillos entre procesión y procesión

Para muchos es tan indispensable oír una saeta como comerse un bocadillo a pie de calle cuando la noche cae sobre la ciudad en los días de Semana Santa. Si hay un lugar con fama y tradición en buenos bocadillos en el centro ese es el Bar Aliatar, ubicado en la calle San Sebastián, un pequeño callejón situado entre la calle Reyes Católicos y la plaza de Bibrrambla, comunicando Salamanca con Príncipe. Los escasos metros de longitud de esta calle, a eso de las diez de la noche en cualquier día de la Semana Santa, son un hervidero de gente.

El negocio abrió sus puertas en el año 1947, por lo que alcanza ya su setenta aniversario, siendo toda una institución en la ciudad. Su fundador, Salvador Peña Palacios, tuvo la visión anticipada en el tiempo de ofrecer a granadinos y foráneos un concepto de comida rápida aún desconocido en tierras andaluzas. Basándose en su experiencia elaboró una carta de novedosas combinaciones de ingredientes servidas en deliciosos bocadillos. Estos siguen siendo hoy en día el reclamo principal del establecimiento. Difícil es encontrar un granadino que no haya comido, en algún momento, los sabrosos bocatas que preparan en este bar, que cuenta con un segundo establecimiento en San Antón.

Entre las propuestas que más demandan los clientes se encuentran bocadillos como el San Francisco con mayonesa, Montijano, Africano, el de habas con jamón, alcachofas, el de ensaladilla rusa... y así una extensísima carta de propuestas capaces de hacer las delicias de todos.

Estos días es fácil ver en las puertas del Aliatar guardar cola a personas de todas las edades y procedencias. Es fácil encontrarse a matrimonios mayores que llevan toda la vida acudiendo junto a jóvenes que viven su primera Semana Santa en la calle. No faltan los turistas que, sorprendidos por el revuelo de la clientela, no dudan en probar los ricos bocadillos que, como toda la vida, se siguen sirviendo en este local ya histórico de la ciudad.

Comendadoras de Santiago

Dulces entre oraciones

Los conventos de Granada siempre han tenido fama de preparar buenos dulces, y entre ellos el de las Comendadoras de Santiago es todo un referente. Ubicado en el corazón del barrio del Realejo, las monjas de este convento tienen fama de grandes habilidades en los fogones, tanto en lo que a repostería se refiere como en los platos caseros que sirven en las comidas que se organizan en su hospedería. Los mejores productos y en las mejores manos, no hay nada como lo que preparan las hermanas de clausura con amor y mucho mimo, dulces con los que tocar la gloria.

La cofradía del Huerto de los Olivos está íntimamente vinculada a esta cofradía, realizando los hermanos de la corporación del Lunes Santo una buena promoción de los productos que sus monjitas preparan cada día. En el ámbito de la repostería conventual el halo de resonancia de Santa Teresa, a la que se considera hoy como la patrona de los gastrónomos españoles, reconoce al dulce o al postre de monasterio una calidad, valor y sabor que, en numerosas ocasiones, la pastelería comercial ha perdido. Y una anécdota: la cofradía del Huerto suele regalar cada año al arzobispo granadino unas cajas de estos dulces del convento de las Comendadoras, siendo habitual que monseñor los reparta entre los usuarios de los palcos de la plaza de las Pasiegas en una imagen de cercanía que llama siempre la atención.

Los conventos de clausura nos introducen en un paraíso goloso en el que la yema, almendra, frutas, miel, azúcar y canela logran una riqueza única. Durante todo el año los dulces de las Comendadoras gozan de gran fama, pero es en el periodo anterior a la Navidad y ahora en Semana Santa cuando mayor demanda existe, siendo muchas las personas que se acercan a su torno manteniendo así viva la tradición.

La carta pastoral Sponsa Christi, emitida por el Papa Pío XII, exhortaba a la producción y a la comercialización de los objetos artesanales que eran propios de los conventos: los dulces y postres que se elaboraban en las cocinas de las clausuras de monasterios y conventos.

Entre los dulces del convento, además de los propios de estas fechas, no faltan los almíbares de frutas que se basan en una fórmula secreta que las monjas atribuyen a una revelación de la Virgen quien, en tiempos de la Desamortización, las ayudó con esta receta a encontrar una salida para su angustiosa situación económica. Desde entonces los ricos dulces de las Comendadoras no faltan entre los granadinos.

Helados Los Italianos

Punto de encuentro y sabor

«A las seis en la puerta de los Italianos». ¿Quién no ha establecido alguna vez esa cita? Y es que el conocido enclave de la Gran Vía sirve cada día a muchas personas como punto de encuentro para quedar, algo que en las jornadas de Semana Santa se convierte en algo de lo más habitual. Y ya que se espera que mejor hacerlo que disfrutando de un buen helado.

Tiene este establecimiento fama de contar con helados de los más sabrosos de Andalucía y las colas de gente que se originan en espera de ser atendidos en el interior del negocio son la mejor prueba de ello. Cassatas, granizados, tartas y, cómo no, helados hacen las delicias de pequeños y mayores. Este año, que parece ser la Semana Santa tendrá buena climatología, seguro que muchos aprovechan la búsqueda de procesiones por las calles para hacer una parada y disfrutar de sus sabores de stracciatela, pistacho o chocolate.

Igual que la llegada de la Semana Santa es símbolo del inicio de la primavera, para muchos granadinos la estación realmente comienza cuando abre sus puertas Los Italianos, ya que el establecimiento permanece cerrado los meses de frío. Desde el año 1936 esta heladería ha refrescado, generación tras generación, las primaveras y veranos de los granadinos.

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