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Miralles (d) y Ruiz posan en el parque madrileño del Retiro.
Wáluk, el oso polar que acerca el cambio climático a los niños

Wáluk, el oso polar que acerca el cambio climático a los niños

Ana Miralles y Emilio Ruiz llevan el Ártico a los más pequeños con su cómic

Javier Bragado

Sábado, 17 de junio 2017, 02:09

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Para un niño, lo más más fácil (habitualmente) es que aprenda una lección de naturaleza de la boca de un animal. Es lo que han demostrado la dibujante Ana Miralles (Madrid, 1959) y el guionista Emilio Ruiz (Santander, 1960). Dieron vida a Wáluk, un oso polar que ha aprendido a adaptarse al cambio climático en unas viñetas que han ayudado a enfocar los siempre abiertos ojos de los muchachos.

«Nos hemos planteado en trabajar como en capas y respetando nuestra propia memoria de cuando éramos niños y tratar de escribir desde ese punto con una mentalidad que se ajuste a esas edades», señala Ruiz, el hombre que bosquejó el argumento. «Todo tiene sus niveles, no puedes pretender que ellos tengan un conocimiento como el que tú tienes ni un interés muy científico, pero sí que están sensibilizados con con el cambio de su entorno y de su mundo. Puede que no se preocupen tanto por el Ártico, aunque es muy mediático, pero se han interesado por su entorno inmediato. Te dicen 'pues en mi barrio ya no encuentras tantas lagartijas'. Lo trasladan a su mundo y eso demuestra una cierta sensibilización y una preocupación», completa Miralles, la mujer que plasmó en viñetas lo que el tándem pretendía.

«Lo último que se hablaba es que las crías de osos se ahogaban en el mar por las grandes travesías»Emilio Ruiz

'Wáluk. La gran travesía' (Astiberri) es una historia de osos polares actuales. Con una encuadernación y una presentación muy atractiva, adultos y menores pueden acceder a la amenaza diaria de una parte del planeta en que se descongelan superficies equivalentes a estados como Texas. «Lo último que se hablaba es que se ahogaban en el mar por las grandes travesías, sobre todos las crías porque eran incapaces de nadar grandes distancias», destaca Ruiz. «Nos pareció que va muy bien para que ejemplifique lo que es la destrucción del hábitat y el problema que tienen hoy en día: los osos que han perdido sus territorios de caza, que son los agujeros para cazar focas porque se alimentan principalmente de eso», añade. «Ha sido un buen trabajo de Emilio porque el hablar de nuestros problemas, de nuestro mundo que está cambiando, de las relaciones humanas a través de una fábula que realmente le da voz a los osos para que tú te mires en su espejo es realmente difícil, porque puedes caer en algo fácil o en algo muy manido. Pero hemos intentado que sea muy humano y eso también nos lo han reconocido los lectores», añade Miralles.

«Cuando te das cuenta de que conectas con ellos entonces es ahí donde reconoces que al seguir el instinto no te has equivocado»Ana Miralles

Los autores han acercado el problema a los niños en varios talleres y reuniones. Con su trazo suave y amable, con su historia en papel y con el tono amable y divulgativo en su voz han alcanzado los corazones de los chiquillos con una vuelta muy satisfactoria. «El retorno es emocionante porque tú haces algo para todos los públicos, pero también pensando en ellos y cuando te das cuenta de que conectas con ellos entonces es ahí donde reconoces que al seguir el instinto no te has equivocado», presume Miralles, quien atesora cartas de los lectores con dibujos de Wáluk. «Me encantan esas edades porque es una gente que ya empieza a tener una capacidad intelectual notable, pero a la vez están un poco locos», confiesa Ruiz con una carcajada antes de remarcar un punto de superioridad de los más jóvenes sobre los adultos: «Tendemos a ser unos lectores de cómics mediocres. Nos dejamos llevar por la historia, no miramos los dibujos o le prestamos atención en una segunda lectura. Ellos ya se fijaban en todo, que por qué esta barca se llamaba 'Cachito', detalles que hasta a nosotros nos han dejado un poco sorprendidos».

El proyecto nació hace diez años, pero tardaron en encontrar alguien que publicara su historia hasta que decidieron convertir el aprendizaje de ese osezno polar abandonado por su madre junto a un viejo oso gruñón en un cómic. Después de dos entregas, Ana Miralles y Emilio Ruiz tienen la intención de seguir acercándose a los niños, especialmente a los que leen entre los 8 y los 12 años a través de Wáluk para trasladar las observaciones sobre el cambio climático a su vida cotidiana.

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