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Si hay un sonido tranquilizador que permite evocar la naturaleza en su más puro estado es el del agua cayendo. Utilizado normalmente como instrumento de percusión, el 'palo de lluvia' es muy fácil de fabricar en casa implicando a los más pequeños.
Lo primero es hacerse con un recipiente con tapa, estrecho y alargado, que se pueda perforar sin demasiado esfuerzo. Se puede forrar con papel de regalo o decorativo que haya en casa para que el resultado sea más atractivo. Harán falta también palillo o palos de brocheta, arroz o legumbres, un cúter, cinta aislante y, de forma optativa, washi tape o cinta decorativa.
Se dibujan alrededor del tubo puntos en espiral, de modo que lo cubran de arriba a abajo. Con cuidado -y este paso deberá hacerlo un adulto- se perfora cada marca con un cúter. A continuación, los niños pueden introducir en cada orificio los palillos o palitos de brocheta, de modo que ocupen todo el ancho del interior del tubo.
Toca de nuevo que el adulto tome la voz cantante y, con un cortaúñas, vaya eliminando los trozos de madera que quedan por fuera, de modo que estén al ras del recipiente. ¡No queremos que los niños se pinchen!
A continuación se cubre la espiral con cinta aislante y, si se desea, se pone sobre ella whasi tape o cinta de raso para lograr un acabado más vistoso.
Ya solo queda rellenar el recipiente con arroz o legumbres -con un poco más de un tercio de la capacidad total es suficiente-, y encolar y colocar la tapa. Si es transparente, los niños podrán mostrar cuál es el secreto del palo de lluvia a sus amigos.