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La trágica imagen del incendio de Bilbao: «Los dos niños estaban abrazados y su madre les tendía la mano»

La trágica imagen del incendio de Bilbao: «Los dos niños estaban abrazados y su madre les tendía la mano»

La magnitud de la tragedia, en la que murió un joven matrimonio dedicado a la venta ambulante y sus hijos de 2 y 3 años, sobrecogió a los bomberos y policías que participaron en el operativ

ainhoa de las heras | erlantz gude

Lunes, 29 de mayo 2017, 10:55

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Apenas le faltaban noventa minutos para poner fin a una guardia de 24 horas al frente de los dos parque municipales de Bilbao cuando a Vicente Cerrato le notificaron el incendio desatado en la madrugada de ayer en un edificio de madera de Zorroza, en el que fallecieron cuatro personas: una joven pareja y sus hijos de 2 y 3 años. De acuerdo con la información de 'El Correo', los 17 efectivos a su mando partieron de inmediato desde la central del cuerpo en Miribilla hasta la degradada zona de La Landa, donde se ubica el inmueble siniestrado, que se halla fuera de ordenación y cuyo derribo estaba previsto para dentro de unos meses. El panorama que encontraron al llegar fue desolador: un bloque de viviendas pasto de las llamas, «muchas» ambulancias y vehículos policiales, y una tensión extrema. Al entrar se toparon de bruces con el peor escenario imaginable, con una imagen que difícilmente se les borrará jamás: «El matrimonio había fallecido. Ella estaba en avanzado estado de carbonización, y también los niños, que estaban abrazados. Su madre les tendía la mano», posiblemente en un desesperado gesto para protegerles del fuego que acabó con sus vidas.

Las víctimas son el matrimonio formado por Joaquín Jiménez Pinto, de 23 años, y su esposa Rocío Jiménez Jiménez, de 20; y sus hijos César, de 2 años, y Jenny, de 3. La familia fue sorprendida por las llamas, cuyo origen aún se desconoce, en la buhardilla del edificio en el que vivía, junto a los padres de él, en el número 7 de la calle Barinaga.

Joaquín, natural de Zorroza, y Rocío, nacida en la localidad asturiana de Avilés, «adoraban a sus pequeños». Se dedicaban a la venta ambulante y eran muy apreciados en el barrio, al que la tragedia ha sumido en un profundo dolor. Aunque aún está por determinar la causa de su muerte, todos los indicios apuntan a una inhalación de humo. «Nadie muere quemado, salvo si está encerrado. Se hace lo necesario por encontrar una salida», explica Cerrato.

Puede leer la información completa en 'El Correo'.

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