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Un veterinario acepta 10 años de cárcel por matar a su mujer con anestésicos

El hombre justifica que "ella había dicho que no quería vivir más" y reconoce que introdujo el cadáver en el maletero de su coche y lo incineró después porque ella quería que "desparramara sus cenizas"

EFE

Lunes, 27 de febrero 2017, 17:29

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Un veterinario ha admitido en un juicio con jurado que mató a su mujer en la clínica que regentaba en Benijófar (Alicante) inyectándole productos anestésicos y ha aceptado ser condenado por ello a diez años de cárcel.

La fiscalía solicitaba inicialmente para el procesado quince años de prisión por un delito de homicidio con agravante de parentesco, pero ha llegado a un acuerdo con la defensa para rebajar esa condena en cinco años tras aplicar la atenuante de dilaciones indebidas por la demora en la tramitación del proceso.

Los hechos sucedieron el 27 de marzo de 2013, cuando el procesado y su mujer decidieron quedarse a dormir en la clínica veterinaria 'Petcare' de Benijófar, que él regentaba y en la que ella trabajaba como auxiliar.

La vista oral por el crimen ha comenzado hoy en la sección séptima de la Audiencia de Alicante, que tiene su sede en Elche. El escrito de acusación que ha presentado el fiscal del caso, y al que se han adherido la Abogacía de la Generalitat, que ejerce la acusación popular, y la defensa, establece que el procesado acabó con la vida de su esposa "utilizando instrumentos o procedimientos desconocidos".

El abogado defensor, Javier Caballero, ha explicado al jurado en su alegato inicial que se había visto obligado a aceptar este relato por indicación expresa de su cliente, aunque él está convencido de su inocencia. El letrado ha llegado a criticar la ley de violencia de género porque parte "de la premisa de que el hombre es un ser violento", según ha dicho, y establece medidas inmediatas ante cualquier denuncia que de por sí "suponen la quiebra de la unidad familiar".

Caballero ha pedido perdón a cualquier mujer que se pudiera sentir ofendida por sus palabras, que ha justificado ante la magistrada que dirige el juicio "en aras a la libertad de expresión". Luego, ha recordado que su cliente declaró en su día ante la Guardia Civil que la mujer se había suicidado mediante la ingesta de "pastillas" debido a las graves enfermedades que padecía.

El año pasado, sin embargo, el acusado cambió su versión en el juzgado instructor del caso y aseguró que su cónyuge había muerto durante la operación de reducción de estómago que él mismo le habría practicado en la propia clínica veterinaria, según su letrado.

Caballero ha asegurado que su defendido accedió a practicar la intervención ante el "chantaje de su esposa", pues ella le había amenazado con suicidarse si no lo hacía. "Él no obtenía ningún beneficio de la muerte de su mujer. Si a mí un cliente me consulta qué le pasaría si matara a su mujer, yo le aconsejaría que no lo hiciera y que se divorciara porque le cuesta 2.300 euros con una factura numerada", ha precisado el letrado en su informe.

De acuerdo con la versión del abogado defensor, que contradice la que ha aceptado por escrito a instancias del presunto homicida, éste habría incurrido únicamente en un delito de homicidio imprudente por realizar la intervención quirúrgica y luego ocultó el cadáver de la víctima por miedo a perder su trabajo.

Durante su interrogatorio, el veterinario ha señalado que practicó a su mujer "la cirugía" y acabó con su vida voluntariamente inyectándole "anestésicos". "Ella había dicho que no quería vivir más", ha agregado a continuación a preguntas del fiscal, y ha reconocido que introdujo el cadáver en el maletero de su coche y lo incineró después porque ella quería que "desparramara sus cenizas".

De acuerdo con su testimonio, si él no la mataba de esta manera, ella misma "iba a hacerlo de una forma más cruenta", ya que había intentado suicidarse con anterioridad.

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