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Roberto Larralde, en una imagen de archivo.
La acusación tilda el crimen del boxeador Roberto Larralde de «canalla, execrable y miserable»

La acusación tilda el crimen del boxeador Roberto Larralde de «canalla, execrable y miserable»

Esta mañana ha comenzado el juicio con la constitución del jurado popular mientras por la tarde empezarán a declarar los siete acusados, para los que la Fiscalía pide un total de 109 años de cárcel

EFE

Lunes, 23 de enero 2017, 00:05

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El abogado Marcos García Montes, que ejerce la acusación particular en el juicio por el crimen del boxeador leonés Roberto Larralde, ha afirmado hoy que este "asesinato" fue "un acto canalla, execrable y miserable", y ha afirmado que aunque "comenzó siendo pasional, terminó siendo lamentable".

García Montes ha hecho estas declaraciones a los periodistas frente al edificio de la Audiencia Provincial de León, donde esta mañana ha comenzado el juicio con la constitución del jurado popular mientras por la tarde empezarán a declarar los siete acusados.

El letrado ha asegurado que fue un "doble crimen" por atentar contra el honor y también contra la persona, y ha denunciado que "se ha intentado criminalizar a la víctima".

En un auto emitido el pasado del 3 de octubre, el magistrado-presidente del tribunal del jurado, Manuel Ángel Peñín, calculó hasta en veintitrés los hechos justiciables para dirimir si fue el encausado Julio L. el que planeó la muerte de Roberto Larralde e indujo a otro acusado, José Ramón V. a acometer el crimen, así como los grados de participación en los hechos de la mujer de la víctima y el resto de acusados.

El primero de ellos es si el 13 de septiembre de 2014 José Ramón V. efectuó varias llamadas al móvil de Roberto Larralde y quedó con él para ir juntos a las proximidades de Santa Olaja de la Rivera (León).

Según recoge el escrito de conclusiones provisionales de la Fiscalía, tras verse en el aparcamiento de un hipermercado en la barriada de Puente Castro, en la capital leonesa, la víctima subió a la furgoneta de José Ramón V., quien la condujo hasta un paraje a las afueras de Santa Olaja próximo a una gravera en la margen izquierda del río Bernesga.

Una vez allí y cuando Roberto Larralde iba andando delante de él, supuestamente José Ramón V., por la espalda y con intención de matarlo, le disparó y le provocó la muerte casi inmediata. Otro de los hechos que se tratarán de probar en el juicio es si la muerte de Larralde había sido encargada a José Ramón V. por Julio L., empresario de la madera como él y con el que tenía amistad.

Asimismo, se juzgará si la decisión de Julio López de dar muerte a Roberto Larralde por medio de José Ramón V. vino motivada por la relación sentimental que supuestamente desde hacia unos meses había iniciado con la también acusada Miriam C.J., esposa de la víctima. También se tratará de dirimir si en el encargo de Julio L. a José Ramón V. para dar muerte a Roberto Larralde el primero actuó de común acuerdo con Miriam C., planificando ambos el crimen.

El juicio oral también analizará si Julio L. contó en la planificación del crimen con la ayuda necesaria de Froilán Á.S., quien por su profesión de detective privado pudo proporcionarle asesoramiento acerca de los terminales telefónicos.

Además, se intentará averiguar si Julio L. contó con la colaboración necesaria de Carlos H., empleado suyo, y a quien supuestamente le encargó que recogiera el móvil de José Ramón V. la noche del crimen.

Este encargo al parecer tuvo el objetivo de impedir la localización de éste en el momento del hecho para devolvérselo horas mas tarde a José Ramón V. en un bar. Una acción que, según la acusación pública, fue realizada por Carlos H. conociendo las intenciones de Julio L. de matar al boxeador.

Los veintitrés hechos justiciables que fija el magistrado en el auto tratarán de evaluar la implicación o no en el crimen de cada uno de los acusados, de concretar cuál fue su papel y grado de participación en la muerte violenta de Roberto Larralde, y de averiguar cómo se consiguió el arma utilizada en el crimen.

Todos podrían constituir un delito de asesinato, así como de tenencia ilícita de armas por los que la Fiscalía solicita un total de 109 años de prisión para los siete acusados. Larralde, que contaba 37 años cuando murió, acababa de regresar al ring tras un paréntesis en su carrera y tenía previsto probar suerte en la categoría de los pesos pesados.

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