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El niño que fue asesinado por su cuidadores sufrió un dolor "inaguantable"

Tenía numerosas lesiones (producidas en distintos días), cortes, golpes e incluso quemaduras en un pie y en la cabeza y que falleció por una peritonitis traumática "provocada por los múltiples golpes, especialmente a nivel abdominal

efe

Martes, 28 de junio 2016, 15:08

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El menor de 3 años que murió a manos de sus cuidadores en la localidad malagueña de Marbella en mayo de 2014 tras recibir reiterados malos tratos y continuas palizas sufrió un dolor "inaguantable" antes de su muerte, según los forenses.

Esta mañana los forenses ha destacado que el menor tenía numerosas lesiones (producidas en distintos días), cortes, golpes e incluso quemaduras en un pie y en la cabeza y que falleció por una peritonitis traumática "provocada por los múltiples golpes, especialmente a nivel abdominal".

Además han subrayado que las últimas horas de vida del pequeño tuvieron que ser especialmente dolorosas ya que la peritonitis produce vómitos y un cuadro de dolor muy agudo.

Para los forense las lesiones que tenía el menor eran las típicas de un niño maltratado, al que "habían pegado en numerosas ocasiones", incluso en los genitales.

También han indicado que durante la autopsia detectaron que tenía una fractura en una costilla y lesiones en los riñones.

Durante la mañana también han declarado varios policías que han descrito un relato escalofriante de las lesiones que tenía el pequeño cuando lo encontraron muerto en la vivienda de sus cuidadores, escenario que hizo que incluso un policía tuviera que abandonar el lugar y esperara en la calle.

Pese a dicho relato de policías y forenses el fiscal ha rebajado su petición fiscal, que quince a diez años de prisión por homicidio, al haber reconocido los procesados el crimen y estimarle el atenuante de confesión.

Según el relato acusatorio, los acusados se pusieron de acuerdo en enero de 2014 con la madre del menor para hacerse cargo del niño a cambio de una prestación de 300 euros, ya que la mujer no podía cuidarlo por la situación personal en la que se encontraba.

El niño se trasladó a vivir con el matrimonio y con la hija de 5 años de la pareja, en el domicilio que tenían en Marbella, donde la madre lo visitaba de forma regular y pasaba algunos fines de semana.

Desde el traslado a ese domicilio, el niño, según el fiscal, fue objeto de continuos y reiterados malos tratos que se materializaban en golpes, quemaduras, cortes y otras agresiones, situaciones que se producían siempre en el interior de la vivienda "para garantizar la impunidad de las mismas".

Según el fiscal, estas supuestas agresiones "se fueron agravando durante los últimos meses de convivencia con los procesados debido a que la madre no pagaba las cantidades acordadas y no visitaba al menor", que se había convertido "en una carga e incomodo para los acusados", extremo que han reconocido los acusados.

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