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La infanta Cristina, durante su declaración.
«Confío plenamente en mi marido y confío plenamente en su inocencia»

«Confío plenamente en mi marido y confío plenamente en su inocencia»

La infanta Cristina se escuda en el desconocimiento absoluto y en su apretada agenda como madre y como miembro de la Familia Real para desvincularse de Aizoon

Melchor Sáiz-Pardo

Jueves, 3 de marzo 2016, 18:03

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Mi marido tomaba las decisiones en Aizoon. Era el administrador. Nunca asistí a ninguna junta de Aizoon. Ni para la aprobación de cuentas anuales. Ni para ese asunto ni para otro. 18:55 horas del 3 de marzo de 2016. Momento histórico: la hermana del jefe del Estado respondiendo como imputada ante un tribunal por delitos que suman ocho años. Pero de nuevo, Cristina Federica de Borbón y Grecia ha sido un auténtico muro, presentándose como una madre ocupada que alternaba su labor familiar con cien actos institucionales. Y eso que la mujer de Iñaki Urdangarin solo ha admitido responder las preguntas de su abogado, Pablo Molins. Ni siquiera ha querido someterse al interrogatorio previsiblemente exculpatorio de la Fiscalía.

Exactamente igual que hace dos años ante el juez José Castro, la infanta ha negado, una y otra vez, tener cualquier intervención real en Aizoon, la sociedad que comparte al 50% con su marido y que, supuestamente, fue usada para desviar al matrimonio 923.049 de euros de dinero público que llegaba a Instituto Nóos y utilizada, también, para defraudar al fisco.

Durante los 20 minutos que ha durado su declaración, también ha desmentido que supiera que el servicio doméstico estaba contratado en Aizoon. Después de una primera preselección por una empresa externa, mi marido y yo seleccionamos a la persona más adecuada y a partir de ahí yo me desvinculaba. Yo solo intervenía en la selección. Desconozco el tipo de contrato que se le hizo y como se les dio de alta en la Seguridad Social. Esa decisión la tomó mi marido y sus asesores, ha apuntado.

La infanta que ha dicho que rotundamente no tiene dinero negro ni capitales en paraísos fiscales, también ha negado saber que en Aizoon se cargaban gastos personales del matrimonio. Lo he visto aquí en la causa. Era mi marido el que se encargaba de los gastos personales. Yo no pagué esos viajes, los gestionó mi marido. Desconozco cómo se hizo. Teníamos dividas las funciones y era mi marido el que se encargaba de los gastos personales.

Casi al final del interrogatorio, la infanta ha hecho una declaración algo más personal: Confío plenamente en mi marido y confío plenamente en su inocencia. Ha estado bien asesorado

No tenía ni firma ni poderes en Aizoon. No podía acceder al saldo de la sociedad. Nunca he sabido cuáles eran los ingresos y los gastos de Aizoon, ha insistido en varias ocasiones la imputada, que ha explicado que se creo la empresa familiar para canalizar los ingresos profesionales de mi marido.

La infanta Cristina también ha sido preguntado por la tarjeta Visa Oro a su nombre de Aizoon en las que se cargaron gasos personales, ajenos a la empresa. Ha explicado que no disponía de esa tarjeta que era custodiada por su marido. Según la imputada, nunca fue consciente de que se cargaban gastos ajenos a la sociedad porque yo no recibía los extractos bancarios de Aizoon.

Los enviados de la Casa Real

La infanta Cristina, como ha hecho su marido, ha dicho que confiaba plenamente en sus asesores enviados por la Casa Real, Carlos García Revenga y Federico Rubio. La imputada, aparentemente tranquila y pero muy seria, finalmente se ha puesto delante del micrófono en la decimocuarta sesión del juicio del caso Nóos.

De manera reiterada, la hermana del jefe del Estado se ha refugiado en su desconocimiento absoluto de todo lo que sucedía en la empresa familiar porque era Iñaki Urdangarin el administrador único de la empresa y no le daba cuenta de nada.

La hija de Juan Carlos I, como con el resto de las partes, se ha negado a responder las preguntas de Virginia López-Negrete, la letrada de Manos Limpias, la única parte que le acusa, quien no obstante ha tenido la oportunidad de leer en la vista oral la batería de preguntas que tenía preparadas. La presidenta del tribunal, Samantha Romero, ha abroncado en varias ocasiones a la letrada por realizar preguntas impertinentes o inoportunas.

Tensión en la sala

La tensión en la sala ha sido más que evidente. Durante los primeros minutos del interrogatorio de la infanta -y eso que la imputada guardaba silencio- también se ha producido una bronca entre el letrado de la infanta, Pablo Molins, y la presidenta del tribunal Samantha Romero. Molins se ha quejado de que la sala haya permitido a Manos Limpias mostrar varios documentos supuestamente incriminatorios a pesar de Cristina de Borbón se ha negado a declarar.

La exduquesa se enfrenta a una petición de cárcel por parte de Manos Limpias de ocho años de cárcel por ayudar a su marido a defraudar a Hacienda a través de Aizoon de 337.138 euros en los ejercicios 2007 y 2008.

Cristina Federica de Borbón y Grecia declaró como imputada en este proceso hace 25 meses. Fue el 8 de febrero de 2014, entonces la mujer de Urdangarin se refugió tras el papel de esposa ignorante y dedicada a cuidar de sus hijos. Cristina de Borbón fue un frontón durante seis horas y media. Llegó a responder con 569 evasivas a las demandas de información.

El 22 de diciembre de 2014, horas antes del primer discurso de Navidad como Rey de su hermano, el juez José Castro la sentó en el banquillo de manera irrevocable. El instructor se negó a aplicarle la controvertida 'doctrina Botín' (según la cual nadie puede ser procesado por un delito fiscal si Hacienda, la víctima, no se siente agraviada) y la llevó a juicio, acusada de delitos por los que Manos Limpias pide ocho años de cárcel para ella.

El pasado 29 de enero, la Audiencia Provincial de Palma, el tribunal ante el que hoy ha declarado la infanta, se negó a aplicarle la doctrina Botín, tal y como había planteado su defensa, dejándola definitivamente en el banquillo de los acusados durante todo el proceso.

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