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Diego Torres.
Diego Torres: «Por supuesto que el rey Juan Carlos sabía lo que hacía Urdangarin en Nóos»

Diego Torres: «Por supuesto que el rey Juan Carlos sabía lo que hacía Urdangarin en Nóos»

El exsocio del marido de la infanta Cristina defiende su inocencia, aunque reniega de su asociación con el cuñado de Felipe VI. Le piden 16 años de cárcel por el uso irregular de fondos públicos y fraude fiscal

Melchor Sáiz-Pardo

Sábado, 20 de febrero 2016, 08:24

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Vive todo el día buceando entre las miles de páginas del sumario. Se pasa "estudiando" esos folios las pocas horas libres que le dejan las maratonianas jornadas del juicio de Nóos en Palma de Mallorca. Está convencido de que en esos documentos estará su salvación porque, insiste, él no hizo nada ilegal. Diego Torres (Mahón, 1965) habla sin tapujos de su relación con Urdangarin ("don Iñaki", como a veces se refiere al exduque) y explica con detalle que todo lo que hacían en Nóos estaba visado por la Casa Real.

La Fiscalía le pide 16 años y medio de cárcel. ¿Le da vértigo?

Simplemente me parece increíble que me pidan 16 años de cárcel sabiendo que no hice nada ilegal y conociendo la realidad de los hechos. Es una petición absolutamente desmesurada.

¿Se siente el chivo expiatorio de algo?

Bueno, quizás la expresión no sea chivo expiatorio. De lo que estoy seguro es que si en este caso no estuvieran las personas que están involucradas todo este asunto se hubiera llevado de manera muy distinta.

¿Cuál es ahora su situación personal? ¿De qué vive?

Vivo del salario mínimo interprofesional que me ha liberado el juez de mis cuentas para hacer frente a los gastos más inmediatos. No tengo ninguna actividad profesional desde que se inició el caso en 2011. En este tiempo he escrito un libro con la editorial Akal, 'La verdad del caso Nóos'.

Si volviera trece años atrás, ¿volvería a asociarse con Iñaki Urdangarin?

No, de ninguna manera. No volvería a asociarme con Iñaki Urdangarin bajo ningún concepto. Sabiendo lo que sé ahora es evidente que no. Otra cosa es que en aquel momento me pareció muy razonable.

El fiscal sostiene que usted se asoció con Urdangarin para aprovecharse de su imagen. ¿Es cierto?

Eso es absolutamente falso. Yo venía trabajando en consultoría toda la vida. Nos unimos porque Urdangarin sabía mucho de deporte y yo de estrategia. La asociación era muy razonable. No era la primera vez que hacía eso. Tres años atrás me había asociado con la Universitat Oberta de Catalunya y exactamente de la misma manera.

¿Cuál es su actual relación con Urdangarin?

Ninguna, desde 2008. Ahora en el juicio nos sentamos cada día uno al lado de otro y tenemos una relación cordial. Siempre he pensado que en el 'caso Nóos' hay más cosas que nos unen de las que nos separan. Ha sido una lástima que Urdangarin y yo no hayamos colaborado más en nuestra defensa todos estos años.

¿Por qué no ha existido esa colaboración?

Algunas actuaciones de algunos letrados no lo han hecho fácil.

¿A qué se refiere?

Prefiero no hablar.

Durante el juicio se le ha visto hablar animadamente con su exsocio. ¿Qué se cuentan?

Los comentarios son siempre relativos a la causa. Cosas del día a día de las sesiones. Nada personal.

En síntesis. Explique qué era el Instituto Nóos.

Era una asociación de profesionales -Urdangarin y yo- vinculados al patrocinio, el mecenazgo y la responsabilidad social. Lo creamos para realizar investigaciones y publicarlas. A don Iñaki se le recomendó que en lugar de trabajar solo en consultoría se dedicara a trabajos más generales.

¿El Instituto Nóos tenía ánimo de lucro?

No. Sobre esto ha habido mucha confusión. El Instituto Nóos no tenía ánimo de lucro, pero tampoco éramos una ONG dedicada a recaudar dinero para causas humanitarias o sociales. Era una asociación que pretendía hacer una actividad pública. Esto no excluye que en un momento dado los profesionales que trabajábamos en Nóos pudiéramos facturar por nuestros servicios profesionales al instituto. Los precios eran los de mercado y los trabajos se realizaron. En Nóos no hay nada de lo que avergonzarse. Fue todo legal.

¿Participaba la infanta Cristina en el día a día de Nóos?

No. En el día a día, no. Ella estaba en la junta directiva.

¿Y desde ese puesto conocía Cristina de Borbón lo que se hacía en Nóos?

Todos los miembros de la junta directiva, incluida la infanta, conocían las actividades de Nóos. Sabían que hacíamos investigaciones, que habíamos puesto en marcha las cumbres en Valencia y Baleares.

¿Hasta qué punto supervisaba la Casa Real las actividades del Instituto Nóos?

La Casa Real supervisaba todo lo que ocurría en Nóos. Para asegurarnos de que todo lo que hacíamos estaba bien hecho y que nunca salpicase a la buena imagen de Zarzuela, Nóos era supervisada a niveles de detalle impresionantes por la Casa Real. Hay correos que demuestran que no había una sola reunión que no se reportara a la Casa Real, que la agenda de contactos y reuniones era conjunta entre el Instituto Nóos y la Casa Real, que se pasaban a supervisión las propuestas a los clientes, los contratos... absolutamente todo. Había personas de la Casa que estaban en permanente contacto con personal del Instituto Nóos. No es que fuera recriminable, solo es muestra de que nos prestábamos de muy buen grado a ser supervisados por la Casa Real.

¿Facilitó la Casa Real que el Instituto Nóos hiciera negocios con las instituciones públicas?

De ninguna manera. Se separaban estrictamente las actividades de la Casa y del Instituto Nóos. La Casa Real no intervino nunca en las operaciones, solo las supervisaba.

¿Don Juan Carlos sabía lo que hacía su yerno en Nóos?

Por supuesto que el rey Juan Carlos sabía lo que hacía Urdangarin en Nóos. Hay correos incorporados a la causa en los que se le informa de las actividades de Nóos en el Valencia Summits. Incluso se le pide colaboración en algunos temas donde sus relaciones internacionales pueden hacer más exitoso el congreso. Y hay otros documentos que prueban que se informaba al Rey de proyectos, reuniones...

¿Ha tenido presiones de Zarzuela desde que se inició el proceso?

Prefiero no dar detalles de las presiones, pero he recibido muchas y de muchos tipos. No diría que han sido presiones directas de la Casa Real, pero indirectas bastante importantes.

¿Le han sugerido en algún momento desde Casa Real que este asunto se lo debía de 'comer' en solitario?

No, oficialmente no. Aunque, insisto, sugerencias en esa línea, de forma indirecta, sí que han llegado.

Hacienda les acusa a Urdangarin y a usted de desviar a sus bolsillos 3,9 millones de euros de dinero público. ¿Fue así?

No. Esos cálculos están hechos con facturas incompletas. Nosotros perdimos 400.000 euros con las cumbres en Valencia y Baleares.

¿No era un exceso más de un millón de euros por un congreso de apenas un fin de semana?

Es que eran mucho más que unas cumbres. Había un plan estratégico de turismo deportivo, un observatorio permanente, premios, un congreso académico y la cumbre final con las figuras mundiales más relevantes pero en absoluto era caro. Iniciativas muy similares en el resto del mundo eran infinitamente más caras.

Aun así, ¿no tuvo nunca la sensación de que en Nóos se estaba ganando dinero fácil?

Jamás, de ninguna manera. Es que el instituto no ganaba dinero. Era solo una plataforma para hacer visibles algunos proyectos. Es evidente que organizar este tipo de eventos podía atraer a empresas y clientes que reclamaban los servicios de nuestras empresas privadas. Y ahí sí que podíamos obtener beneficios.

¿Cuándo y por qué se rompió su sociedad con Urdangarin?

En 2006, visto que las noticias sobre el Instituto Nóos seguían siendo muy negativas, se llegó a la conclusión de que don Iñaki debía desvincularse de Nóos. A partir de ahí comenzamos caminos profesionales distintos. Luego hubo alguna desavenencia de carácter económica.

¿Cuál fue esa desavenencia?

Don Iñaki me recomendó algunos clientes. Cuando realicé el proyecto se me sugirieron unas comisiones que no me parecían razonables. Fue un malentendido fruto de que ya no convivíamos ni hablábamos tanto.

¿Cree que ha servido de algo la estrategia de airear los correos electrónicos de Nóos?

Yo no hablaría de estrategia. Considero que nada de lo que se ha hecho ha estado mal y jamás en Nóos hubo la menor intención de cometer la mínima irregularidad. Mi único objetivo es explicar todo con el mayor lujo de detalles a través de correos, faxes y documentos que prueban lo que sucedió en aquella época, que se sepa lo que hizo cada persona.

¿Pero no cree que implicar a Urdangarin con esos correos era implicarse también usted?

Yo no implico a don Iñaki Urdangarin. Claro que hay e-mails que demuestran que Urdangarin participaba en la gestión diaria de Nóos, pero es que en Nóos no había ninguna irregularidad.

Dos de sus cuñados han llegado a pactos para declarar contra usted. ¿Cómo vive esa situación? ¿Es una traición?

Yo no hablaría de traición. Supongo que hay gente que ante la elección de enfrentarse a la posibilidad de una pena o reconocer ciertas cosas, aunque sean falsas, opta por lo segundo.

¿Y usted? ¿Intentará un pacto?

Yo no voy a entrar nunca en la vía de los pactos porque sé que tengo la razón en este juicio. Soy inocente y tengo las pruebas. Estoy tranquilo porque tengo ingente documentación que me respalda y jamás me van a pillar en una contradicción porque he dicho la verdad desde el primer momento. Es increíble la cantidad de falsedades que he tenido que escuchar por parte de acusados y testigos.

¿Hay algo que reconozca usted que no hizo bien en Nóos?

Siento no haber tenido la perspicacia de haber visto que no me convenía en absoluto asociarme con Urdangarin, una persona que, aun siendo un magnífico profesional, por sus vinculaciones personales a la Casa Real iba a crear toda clase de suspicacias. En eso me equivoque.

¿Se ve usted en la cárcel?

Sé que soy inocente. Tengo que confiar en que el sistema funcione y yo pueda demostrarlo. Me cuesta muchísimo pensar que no pueda convencer al tribunal de mi inocencia y que acabe en la cárcel.

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