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España vendió armas a Venezuela y Arabia Saudí por 1.730 millones desde 2010

España vendió armas a Venezuela y Arabia Saudí por 1.730 millones desde 2010

Fueron los principales clientes no europeos con Australia, que compró material de defensa por 1.700 millones en el último lustro

Mateo Balín

Sábado, 29 de agosto 2015, 07:52

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Venezuela y Arabia Saudí lideraron la lista de clientes de España en la venta de material de defensa en los últimos cinco años. Ambos países, junto a Australia, se han convertido en los tres importadores no europeos más destacados por sus inversiones en aviones, buques de guerra y patrulleros de vigilancia marítima fabricados por empresas españolas. El volumen de negocio alcanzado con Venezuela y Arabia Saudí desde 2010 hasta 2014, coincidiendo con un incremento exponencial de la factura armamentística nacional, fue de 1.730 millones de euros, un 10% del total, pese a que el país iberoamericano está sujeto a un embargo provisional por parte de la Unión Europea para la adquisición de determinado material por su «inestabilidad interna».

Según los datos facilitados por la Secretaría de Estado de Comercio, los tres clientes destinaron las compras sobre todo a rearmar sus ejércitos. Cada uno por sus propias circunstancias geopolíticas y económicas. En el caso de Venezuela para proteger los yacimientos petrolíferos de sus costas; Arabia Saudí pensando en la porosidad de sus desérticas fronteras con Omán y Yemen, país en guerra civil donde el Ejército saudí está llevando a cabo una intervención; y Australia en línea con el rearme en la región Asia-Pacífico, la zona donde más ha crecido el gasto militar mundial.

Entre 2010 y 2012, Venezuela encabezó la lista de importadores de material de defensa español, con más de 960 millones de euros. Adquirió cuatro patrulleros de costa construidos por Navantia, sociedad pública perteneciente a la SEPI, y tres buques de vigilancia marítima. Pero el embargo temporal impuesto sobre artículos de defensa personal (material antidisturbio, sobre todo) afectó al comercio bilateral y disminuyó la factura a tan solo 27 millones en los dos últimos ejercicios, 2013 y 2014. Esta situación, como es lógico, redundó en la autorización de nuevas licencias industriales por parte del Gobierno español y en la demanda venezolana.

Cerca del volumen de negocio con este país se encuentra Arabia Saudí. Pero en su caso las relaciones comerciales con España han ido de menos a más. En los dos últimos ejercicios se han realizado expediciones de material de defensa por casi 500 millones, situándose como tercer cliente español. Los petrodólares se destinaron a tres aviones de reabastecimiento en vuelo, mientras que en los años anteriores, 2010-2012, apenas se gastaron 31 millones en repuestos, armas ligeras o munición.

Proyectos pendientes

La previsión de ventas en 2015 serán buenas, ya que el Gobierno autorizó licencias por valor de 69 millones el pasado curso, a lo que se suman los pedidos pendientes. Asimismo, los convenios de colaboración militar entre ambos países -entrenamiento de pilotos saudíes para Eurofighter, cazas y aviones de carga- y las buenas relaciones entre las realezas incrementarán a buen seguro el comercio bilateral.

Por ejemplo, uno de los asuntos pendientes es la compra de 250 tanques Leopardo (fabricados por Santa Bárbara Sistemas) que lleva negociándose desde 2011. Una operación valorada en 3.000 millones que no se ha acabado de concretar. Las razones son problemas operativos y trabas burocráticas con el fabricante original del carro, Alemania.

El caso de Australia es más singular. En el último lustro se ha convertido en el primer importador no europeo después de facturar 1.703 millones, casi tanto como Venezuela y Arabia Saudí juntos. La razón son la expedición de tres aviones de reabastecimiento en vuelo y dos buques de guerra. Asimismo, se autorizaron licencias (proyectos de construcción) por 523 millones en 2014 para buques de guerra y tecnología.

La buena sintonía entre España y Australia destaca por la cantidad de programas navales en curso y la presencia de Navantia en suelo oceánico. Solo hasta 2020 este país tiene previsto invertir 20.000 millones de dólares en sistemas de defensa, es el séptimo importador mundial de armamento y su gasto militar según PIB ya está por detrás de China, Japón y Corea del Sur en la región Asia-Pacífico. Por vez primera un ministro de Defensa español, Pedro Morenés, visitó Australia en febrero de 2013.

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