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El piloto de Iberia que canta, recita y da el tiempo

El piloto de Iberia que canta, recita y da el tiempo

Ángel Aznárez es el comandante de Iberia que más carcajadas arranca en el aire. Las últimas, el jueves entre Madrid y Bilbao, donde se declaró al pasaje con una cita de ‘Robin y Marian’. «Tiene un humor especial», dicen sus colegas

JULIA FERNÁNDEZ

Martes, 10 de marzo 2015, 11:49

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«El tiempo en Bilbao? Ma-ra-vi-llo-so... A lo mejor lo he dicho un poco rápido. Lo voy a volver a repetir. Ma-ra-vi-llo-so». Los pasajeros del vuelo de Iberia del pasado jueves con salida de Madrid a las 11.55 y destino la capital vizcaína no daban crédito. Faltaban diez minutos para aterrizar y no paraban de reírse. ¿Quién era ese crack que había conseguido sacarles una sonrisa mucho más amplia que la que traían al embarcar?

Se trataba del comandante Ángel Aznárez. Tal vez el nombre no les diga mucho, pero seguro que se sitúan con dos datos más:es el piloto más popular de la aerolínea y el mismo que cambió ligeramente la ruta de aproximación al aeropuerto de La Coruña para que sus pasajeros pudieran ver la muralla de Lugo. «Yo estaba medio dormido, pero al oírlo no me cuadró mucho», reconoce el periodista Luis Fraga. No era en absoluto normal hacer aquello y, de hecho, necesitó permiso de la torre. Fraga fue el primero en destapar aquella anécdota que luego se convirtió en un fenómeno mediático. «Fue con un tuit de lo más inocente», reconoce hoy, casi dos años después, todavía sorprendido de la repercusión

Y es que Aznárez es un tipo peculiar. Lo mismo te da los buenos días cantando, que te ofrece el parte meteorológico o te hace de guía turístico para enseñarte «lo bonito que es todo desde el cielo». A los pasajeros con destino a Bilbao hasta se les declaró. «Te amo más que a los niños, más que a los campos que planté con mis manos, más que la plegaria de la mañana, más que a la paz, más que a la alegría, más que al amor, más que a la vida entera... Te amo más que a Dios», recitó. Era uno de los pasajes de la película Robin y Marian (1976), en la que el protagonista, Sean Connery, trataba de conquistar a Audrey Hepburn.

¿Sorprendidos? Ramón García, el presentador de la cadena Cope, también. Él viajaba a su ciudad natal por trabajo, pero durante los 40 minutos que duró el trayecto se le olvidaron todas las obligaciones. «Nos lo pidió a todos al principio», explica. Y lo cumplieron a rajatabla ante semejante derroche de ocurrencias: «Fue un viaje divertidísimo que acabó en aplausos». Nadie puede negar que el comandante es un tipo «simpático» que sabe ganarse al público.

Francisco Ubet fue compañero suyo en la compañía hasta que se jubiló en 2013. «Siempre tiene la sonrisa puesta», cuenta cuando se le pregunta por este hombre «delgado, moreno y con un humor especial». Además de colegas, también fueron profesor y alumno hace ya algún tiempo. Y sí, apuntaba maneras. «Aunque en el simulador nunca le oí recitar», se ríe Ubet. Allí estaba más serio. Pero ¿está reñida la simpatía con la seguridad dentro de un avión?

Este profesional lo tiene claro:no. «Estoy seguro de que si hace estas cosas es porque la situación se lo permite», aclara en un tono más circunspecto. Ubet también ha sido protagonista de momentos así, curiosos: «Una vez traje de Catar a un grupo rociero y les pedí que cantaran La Salve. Fue muy especial».

Hace menos, sus compañeros le dedicaron una canción por su jubilación. Aterrizaba en Barajas y desde la torre de control empezó a sonar por la radio interna una versión personalizada de la canción escocesa Auld Lang Syne. La reacción de las autoridades al enterarse fue «desconcertante» y a punto estuvieron los protagonistas de ser castigados. Al final «se solucionó bien», suspira el homenajeado. «Hay que desdramatizar estas cosas», subraya. Y sobre todo, hacer que la gente se sienta tranquila en el aire: «Yo siempre he tratado de mirar más a los ojos a esas personas que llegaban tensas».

Colegueo con Vaquerizo

Desde luego, Aznárez, «un dandi que rondará los 50», quita mucho hierro al asunto de volar con sus chascarrillos. Quién va a tener miedo con un piloto que se gana hasta al mismísimo Mario Vaquerizo. Ocurrió en 2013. Empezó informando sobre el peso del avión en elefantes (23 y medio, por si tienen curiosidad) y terminó invitando al líder de las Nancys Rubias a la cabina. A éste le faltó tiempo para incluirlo en el capítulo final del reality que protagonizaba junto a su mujer, Alaska, en la MTV.

Sin embargo, pese a este carácter abierto dentro del avión, el comandante Aznárez es un tipo reservado de cara a los medios. «Es muy discreto», confirman desde el SEPLA. En el sindicato de pilotos están acostumbrados a recibir peticiones para hablar con él, pero la respuesta es siempre la misma. «No hace estas cosas por afán de protagonismo», explican. Y es verdad. Difícilmente hallarán alguna imagen suya por ahí. Tendrán que subirse a un avión para conocer al comandante del buen rollo.

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