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La profesora Margarita Sánchez Romero afronta con ánimo la final de monólogos científicos del próximo 24 mayo.
"El que inventó la historia de Adán y Eva era muy machista"

"El que inventó la historia de Adán y Eva era muy machista"

Margarita Sánchez Romero

Carlos Morán

Martes, 25 de abril 2017, 02:22

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Si en una película de romanos aparece un legionario con un teléfono móvil es racord, o sea, una incongruencia, un error de bulto, un disparate cronológico. Que en un largometraje de hombres primitivos aparezcan dinosaurios también es racord. Pero mientras lo del centurión con celular le chirría a todo el mundo, el hecho de que los trogloditas y los brontosaurios compartan tiempo y espacio suele asumirse sin estridencias. Margarita Sánchez Romero (Madrid, 1971, pero criada en Antequera, la tierra de sus antepasados), que es profesora del departamento de Prehistoria y Arqueología de la Universidad de Granada, cree que la culpa es de los Picapiedra, de Pedro y Vilma y el resto de la cuadrilla, aunque tampoco tiene pruebas empíricas que lo demuestren (como buena investigadora, no firma teorías a la ligera). Lo que sí es seguro, alerta, es que los bichos jurásicos se extinguieron hace 65 millones de años, luego es imposible que convivieran con los homínidos. Presentarlos juntos no es una mera equivocación, es un fallo bestial -y nunca mejor dicho-.

A Marga, que es como le dicen todos, le subleva tanto esa confusión prehistórica que la utilizó en la elaboración del monólogo científico y humorístico que la ha convertido en una de las ocho finalistas de Famelab, un concurso de soliloquios organizado en España por la Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología (Fecyt) y el British Council, con la colaboración de la Obra Social La Caixa.

El próximo día 24 de mayo intentará alzarse con el título de campeona nacional, lo que, a su vez, le serviría para viajar a Gran Bretaña y competir allí con los ganadores de otros países, pero ya en inglés.

Feminista y especialista en arqueología de las mujeres, compagina la preparación de su discurso para la finalísima con su trabajo en el Facultad de Filosofía y Letras de la UGR, dos tareas que, aunque a simple vista parezca que tienen poco que ver, ella fusiona con naturalidad. A fin de cuentas, los alumnos también son público, la razón de ser de un monologuista.

Usted ha dicho en más de una ocasión que sus estudiantes son la audiencia más exigente.

Claro. Y cada vez lo son más. Además, veo cierta desmotivación, desánimo... Es que mantener durante dos horas la atención de un grupo numeroso de gente requiere el uso de muchas estrategias. Yo no me quedo satisfecha si estoy dando clase y veo que la mitad de la población está dormida.

No me creo que se le duerman los alumnos.

Hombre, no se te duermen, pero ves que no están donde están. Y yo intento que la gente me preste atención porque ese es mi trabajo.

Y el de un monologuista.

Claro. Voy sin ningún papel a clase. Pongo un 'powerpoint' que es un guión, sobre todo, de imágenes, porque las imágenes se retienen más. Y a partir de ese guión, voy contando... Y utilizo recursos para llamar la atención, como provocar alguna discusión para que haya chispita.

Disponga del espacio que necesite para desmentir el dislate de que los seres humanos o pre humanos convivieron con los dinosaurios, que sé que es algo que le preocupa.

Los estereotipos que se crean sobre el pasado pueden parecer simpáticos, pero es que nosotros recurrimos al pasado para explicar quienes somos. Puedo entender que haya gente que vea los Picapiedra o cualquier otra película en la que se mezclan los dinosaurios y las personas, y crea que fue así. Pero es que es una mentira muy gorda. Es que son 65 millones de años. Sobre la arqueología hemos generado un montón de estereotipos y eso no es banal, porque explicamos muchos de nuestros problemas actuales basándonos en el pasado.

¿La culpa es de los Picapiedra?

De los Picapiedra y de otras películas.

¿Usted es más de los Picapiedra o de Indiana Jones?

No sé qué decir... Es que Indiana Jones también 'estereotipa' mucho la profesión de arqueólogo. Yo no soy una cazadora de tesoros, que es lo que es Indiana Jones. La metodología arqueológica es científica y requiere mucho trabajo, mucha paciencia y mucho conocimiento. No tenemos nada que ver con Indiana Jones. Para mí, un tesoro es encontrar veinte esqueletos.

El maestro Alcántara escribió en una ocasión que las cuatro preguntas esenciales de la humanidad son: ¿Quiénes somos? ¿De dónde venimos? ¿A dónde vamos? y ¿Qué hay para cenar? ¿De acuerdo?

Ja, ja, ja. Sí. Es que nosotros construimos nuestra forma de relacionarnos con la gente y con el mundo basándonos en esa pregunta de ¿quiénes somos? ¿Quién soy yo?

¿Quiénes somos?

Es muy complicado. Es una pregunta que se ha contestado de distintas maneras a lo largo de la historia. Si ibas a un pueblo en los años 50 y te preguntaban ¿tú quién eres?, respondías que el hijo de fulanito o el primo de menganito. Pero si te lo preguntase ahora, responderías de otra forma: «Soy un periodista que trabajo en tal...»

Usted es experta en la arqueología de las mujeres, mira al pasado con perspectiva de género. ¿Cómo eran las 'granaínas' prehistóricas?

A mí me interesan las mujeres del pasado porque me interesan las mujeres del presente. Utilizo a las mujeres del pasado como excusa para desmontar ideas que hay sobre las mujeres en el presente. Si damos valor a lo que hacían las mujeres del pasado estaremos dando valor y una identidad a las mujeres de la actualidad. Ha habido procesos sociales y tecnológicos que no han sido tenidos en cuenta porque históricamente han estado vinculados a las mujeres. Y yo entiendo que esos procesos también sirven para explicar la sociedad. Por ejemplo ¿hay algo más cultural y social que la comida? Otro ejemplo, todo lo que tiene que ver con el cuidado de los demás casi no existe en el discurso histórico. Y luego está el mito de que los hombres son los que cazan, pues eso no es así en todas las sociedades. Las mujeres agta de Filipinas son ellas las que cazan. ¿Eso quiere decir que en la prehistoria cazaban las mujeres? No lo sé, pero hay una posibilidad.

¿Había más violencia en la prehistoria que ahora?

Siempre hemos puesto el acento en los hechos más violentos. Contamos la historia de esa manera, pero la mayor parte de los conflictos se han resuelto de forma pacífica: si no, nos habríamos extinguido. Lo que pasa, insisto, es que cuando contamos la historia hablamos de batallas y de guerras. No hay pruebas de que en la prehistoria fuéramos más violentos que ahora.

¿Es Orce la cuna de Europa o no?

Para eso se está excavando... Hay que darle tiempo al tiempo.

Hay quien sostiene que venimos de Adán y Eva...

Claro, para gustos, colores.

¿Era machista Adán?

Supongo... Desde luego, el que inventó la historia de Adán y Eva era muy machista. Eva salió de la costilla de Adán y, encima, el pecado original es de las mujeres.

¿Quién es su monologuista preferido?

Me gusta mucho Goyo González, pero tampoco soy muy seguidora de los monologuistas.

¿No se ve en el Club de la Comedia?

¡Yoooo! ¡No! Ja, ja, ja. Creo que todo esto del concurso está un poco sobredimensionado. Pero yo lo aprovecho porque quiero transmitir un mensaje. Con el monólogo, hago una denuncia importante, pero pienso que las cosas se pueden decir bien. No hay que utilizar la 'bordería', ni atacar a nadie, ni tener mala leche para defender una postura en la que creo firmemente. Empiezo el monólogo diciendo que soy feminista, porque es que soy feminista. Tengo que decirlo alto y claro porque la gente confunde lo que es el feminismo. Estudiar a las mujeres en la prehistoria no solo es obtener un conocimiento científico, es una reivindicación para ayudar a acabar con el sufrimiento.

¿Qué le parecen los monólogos que hacen los políticos en el Congreso?

¡Ay! Son demagógicos, previsibles y poco creíbles.

¿No hay ninguno que apunte maneras?

... Es que no quiero ser injusta.

¿Ni siquiera el diputado Gabriel Rufián?

Ja, ja, ja. No. Recuerdo que antes me gustaban los debates en el Congreso y ahora no me gustan. Se trabajan poco los contenidos. La respuestas son las que les dictan y eso no puede ser. Y con esto no estoy hablando de toda la clase política. Yo tuve un cargo político (directora de Bienes Culturales de la Junta de Andalucía) durante dos años y conocí a mucha gente que se creía el servicio público.

¿Qué no le hace ni pizca de gracia?

La violencia en cualquiera de sus formas. Hay quien confunde lucha con violencia, pero se puede ser luchadora sin ser violenta.

¿Cree de verdad que no hay dinosaurios entre nosotros?

Ja, ja, ja. De mente sí hay alguno, ja, ja, ja.

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