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Detectan emisiones extremas de CO2 a la atmósfera en zonas áridas del Cabo de Gata

Detectan emisiones extremas de CO2 a la atmósfera en zonas áridas del Cabo de Gata

El estudio realizado por investigadores de la Universidad de Granada demuestra que el proceso de ventilación subterránea afectaría negativamente al calentamiento global

efe

Miércoles, 22 de febrero 2017, 10:40

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Investigadores de las Universidades de Granada y Arizona (EEUU) y el CSIC han demostrado, a través de un estudio durante seis años en Parque Natural Cabo de Gata-Níjar, que el proceso de ventilación subterránea provoca emisiones extremas de CO2, lo que afectaría negativamente al calentamiento global.

Durante las últimas décadas, muchos estudios se han centrado en el intercambio de gases efecto invernadero (GEI) entre la atmósfera y la biosfera, especialmente en el intercambio de dióxido de carbono (CO2).

Un tercio de las emisiones de CO2 debidas a la actividad humana son absorbidas por ecosistemas terrestres, como por ejemplo la tundra, los bosques, las selvas tropicales, los humedales o los desiertos.

Por tanto, cualquier perturbación en estos ecosistemas puede ser crucial en un contexto de cambio climático, ha informado hoy la universidad.

En este sentido, los ecosistemas cuyo funcionamiento ha sido ampliamente estudiado se corresponden con zonas templadas (Norte América y Europa Central).

Por el contrario, el papel de las regiones áridas ha sido hasta hace muy poco ignorado, a pesar de que varios estudios han demostrado su gran influencia en la variabilidad del balance global de carbono (C).

El presente estudio ha demostrado la gran importancia de la ventilación subterránea motivada por el viento, un proceso comúnmente obviado que consiste en la salida de aire cargado de CO2 desde el subsuelo a la atmósfera cuando el suelo está muy seco, fundamentalmente en verano y en días ventosos.

Según ha explicado la investigadora de la Universidad de Granada y de la Estación Experimental de Zonas Áridas (CSIC) Ana López Ballesteros, otro aspecto estudiado es el relacionado con la procedencia de ese CO2 acumulado en el subsuelo.

El sitio experimental del trabajo es un espartal semiárido situado en el Parque Natural de Cabo de Gata-Níjar (Almería) en el que los investigadores han registrado datos de CO2 durante seis años (2009-2015) mediante una técnica usada internacionalmente, junto con sensores subterráneos de CO2 y medidas micrometeorológicas.

La creencia mayoritaria en la comunidad científica era que el balance de carbono de los ecosistemas semiáridos es neutro, es decir, que la cantidad de CO2 que es absorbido mediante la fotosíntesis que hacen las plantas es compensado con la cantidad emitida a través de la respiración de animales, microorganismos y plantas.

Sin embargo, este estudio demuestra que hay grandes cantidades de CO2 acumulados en el subsuelo y que en determinados momentos pasan a la atmósfera por el proceso de ventilación lo que provoca emisiones adicionales de CO2.

Según los investigadores, esta gran emisión de CO2 no puede ser debida a la actividad biológica del ecosistema dado que se encuentra en una zona donde hay un gran estrés hídrico y una limitación de nutrientes lo que hace que la actividad biológica de microorganismos, animales y plantas sea muy baja.

Aunque se necesitan más investigaciones para conocer mejor los procesos que componen el ciclo del C en los ecosistemas áridos, los investigadores concluyen que los resultados constituyen un gran avance en el conocimiento de las regiones áridas y su gran complejidad y su posible relación con el movimiento subterráneo de agua y de aire.

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