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Viernes, 9 de diciembre 2016, 14:24
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La Universidad de Granada colabora con la Agencia Espacial Europea en el control con imágenes de satélite de movimientos de terreno que dañan viviendas y participa en un proyecto que utiliza la interferometría como método para detectar cambios en el terreno milimétricos.
El grupo de investigación "Análisis de Relieve y Procesos Activos" (ARPA), formado por investigadores del departamento de Geodinámica de la Universidad de Granada (UGR) y del Instituto Geológico y Minero de España (IGME), ha desarrollado en los últimos años estudios orientados al análisis y control de movimientos del terreno en diversas regiones de España y en otros países como Italia, Costa Rica o Ecuador.
La Agencia Espacial Europea (ESA) ha sumado al investigador de la Universidad de Granada Jorge P. Galve a uno de sus principales proyectos, una plataforma web en desarrollo para procesar imágenes de satélite que incluye entre sus objetivos localizar y monitorizar movimientos en la superficie de la Tierra que provocan daños en viviendas.
La mayoría de estos movimientos están ocasionados por la actividad sísmica, volcánica, por deslizamientos e incluso por la acción humana, como por ejemplo la extracción de agua o hidrocarburos del subsuelo.
La labor de Galve y del grupo del que forma parte consiste en evaluar los resultados obtenidos por la plataforma de la ESA con datos propios y localizar nuevos ejemplos donde puedan estar surgiendo problemas a causa de los movimientos del terreno.
Hasta el momento, los estudios realizados en la urbanización "Cármenes del Mar" de Almuñecar, que ha sufrido graves daños por los movimientos de la ladera en la que se ubican, han sido esenciales para la evaluación de los datos ofrecidos por la plataforma de la ESA.
Las investigaciones de este grupo aplican una técnica denominada interferometría que permite crear un mapa de movimientos de la superficie terrestre y que reconoce pequeños cambios de unos pocos milímetros mediante la comparación de imágenes radar obtenidas por un satélite a varios cientos de kilómetros de altura.
Estos cambios, aunque imperceptibles para el ojo humano, si se sostienen en el tiempo pueden en un momento dado inutilizar una infraestructura, dañar irremediablemente una construcción o poner en riesgo la vida humana.
Este último caso se da cuando esos pequeños movimientos pueden ser el preludio de un movimiento más rápido que deriva en corrimientos de tierra con la capacidad de arrastrar medios de transporte, sepultar edificaciones o derribar construcciones.
La innovación que aporta el proyecto desarrollado por la ESA es poner a disposición de la sociedad herramientas para aplicar esta técnica y evitar daños como los observados en los "Cármenes del Mar" y sumará los datos que aporten los satélites Sentinel-1 de la ESA, puestos en órbita recientemente.
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